Estoy en un proceso complicado:Trato el trago con juicioEn general, intento organizar con sentido el vicio;Proyecto mis ansias en la virtudConvenciéndome de que la laborEl esfuerzo el sacrificio los desvelos no remuneradosApunten a la nobleza del alma;Callo la zozobra con la lecturaCentrándome en las letras impresasPara no hacerle caso al remolino de frases indigestasMe inyecto confianzaEn los músculos las venas en las palabras de confor
Para espantar mis miedos;Me obligo a respetar los preceptos del amorDesviando la mirada de las tentacionesY concentrando mis energías en las atenciones y el cariño;Solo me falta DiosPara completar mi propio cuadro del patetismo,Pero por (¿Des?)dichaNací muchos más allá de los límites de su jurisdicción.Es esta la manera, dicen, de volverse mejor.
Sin embargo, nunca estuve tan mal.La gastritis me corroe las entrañasLas piernas dejaron de sostenermeY el cansancio me ha chupado las mejillas.Tengo la catadura áspera de un espectro.Según el médico es el estrés.Según yo es el aburrimiento.La abstinencia es sosa y revela una verdad atroz:No pasa nada en el mundo que merezca la pena.Además, es un parásito obstinadoNo respeta el silencio ni la calma
Y chilla como un niño engreídoEn los momentos menos oportunos.La labor me angustia.Y más aún los que trabajan con esmero y pasiónEs más, quisiera apuñalar con rabiaUna y otra vezA todos los que afirman con orgullo y convicciónQue el trabajo ennoblece al hombre.Carajo.No hay almas más extraviadas en la tierra.Desde que me porto bien–si esto significa algo–La lectura se ha vuelto un pasatiempo hueco:Los libros ya no tienen nada que decir.Menos mal que cristo está lejosPorque la idea de entregarme a sus pregonesMe revuelve los ácidos gástricosY empeora mi malestar.Hace diez años imaginaba el futuroParecía tornasolado.Ahora busco el futuroPero me pierdo en la neblina.El pasado tampoco tiene mucho sentido:se ha vuelto sombrío y hostil.Hay que seguir convenciéndomeDicen los oráculos del bienestar.Tal vez tengan razón.Pues más allá del bien y del malLa ilusión es la que absuelve al hombre de sus culpasAlivia sus doloresY los persuade con la ideaDesleal inhumana y aterradoraDe que el único camino de los justosEs el que ya está trazado por los pastores.Tú eras la resistenciaMe dijo un día mi amigo Alejandro.Dijiste bien: yo eraO pensaba serlo.A estas alturas ya no soy nadaSino un pájaro enfermo que sueña con volver a volar.Para la gente como tú y yoMi gran amigoSólo quedan dos opciones:Retirarse o seguir soñando.A ver qué nos tocará.
Giacomo Perna. Nacido en Nápoles, Italia, después de transcurrir un semestre cursando en un colegio de Costa Rica gracias a una beca del programa de intercambio AFS, decide estudiar Lenguas, Literatura y Culturas de Europa y América en la Università degli studi di Napoli ‘L’Orientale’. Tras matricularse en unos estudios de Máster en Bélgica, decide abandonar para dedicarse a la cooperación humanitaria en contextos de emergencia, trabajando en los Andes peruano primero y luego en el Pacífico colombiano, donde actualmente reside. En 2019 fue publicada su primera novela en italiano titulada “Caffé Nudo”, por la editorial Bookabook. De ahí, se dedica a la escritura de cuentos, poemas y relatos en español. Sus escritos han sido publicados por varias revistas y periódicos digitales y físicos en Europa y América.
📝 Lee otros poemas de Giacomo Perna (en Herederos del Kaos): Que harías vos... • La duodécima ronda.
Foto de Brett Sayles: pexels-public domain.
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