Irse, rehacerse con la probabilidad de un sueño, enfrentarse con todas las disposiciones al cambio que surge como una necesidad imperiosa.
Basada en hechos reales, Patricia C. Beltrán nos narra la historia de Valentina, introduciéndonos en su mundo y exponiendo su fragilidad, sus secretos, su tránsito como desgaste a través de muchas geografías donde el agitado juego de la vida abre la problemática. Una premonición recurrente en la que la protagonista enloquecía, "convertirse en Saturno, tragarse a sus hijos, arrancarles las piernas y los brazos a mordiscos", como en una de las pinturas negras de Goya, un anuncio que definiría parte de su futuro.