He sonreído como dictaste. Aún no sé si lo hice para ti o contra mí, pero fue una sonrisa honesta y llena, mientras duró. Sé que tracé un nuevo sino sobre algún astro lejano que se regocijó. También él supo que estuve en ti. A veces conmuevo el cielo, a veces soy mucho mejor enemigo de mí mismo si huelo tus raíces.
Estar en ti, estar dentro de ti, estar conmigo cuando me pierdo en ti, recuperarme en ti: son las mejores maneras de olvidar todo lo que ladra y estalla allá afuera donde, ni tú ni yo, somos lo que amamos, sino lo que silenciamos confundidos en la masa de los que tampoco son lo que aman, sino lo que enmudecen entre una