En la venta de moralidad y transparencia, escuchó el roer de una rata, un discurso, una metodología que a través de tiempos inmemoriales tiene la capacidad de cumplir con los horarios y multiplicar una acción como un reflejo para hacer análisis y jugar a varios juegos como si fuese el mismo.
El laboratorio sigue abierto. Ratas con traje y poesía se reúnen para contemplar el paisaje. No hay apuestas entre roedores, hay placer y simulación. Hay gemidos y búsquedas en la basura. Cuando acabe la carrera, ya no se corregirá.