La Luz por la que bailamosEsto es la vida después de la vida.
Su aliento, teñido de ginebra,llegó como una inyección fresca en mi oído.Estábamos bailando después de la medianoche en este lugarllamado Avenida 32, bailandosobre colillas de cigarrillos y contracuerpos que no eran los nuestros,
y a través de una luzde una densidad azuladaque casi no era luz en absoluto.y aunque a nuestro alrededor la ciudad jugaba juegoscon sus almas trastornadas,bailamos tres veces alrededor del estacionamiento,un vals, por amor de Dios, un malditovals. Esofue en 1981, y cada añohay menos y menos personas que admitirécomo conocidos míos,y aún menos con las que bailaré,y probablemente sea el casoque, en esas ocasiones demasiado raras,la luz por la que bailamos es lo más cercanoque jamás estaremos de algún tipo de vida después de la vida.
Traducción: Juan Carlos Vásquez
The light we dance throughThis is the afterlife. Her gin-tinged breath came like a coolinjection in my ear.We were dancing after midnight in this placecalled 32nd Avenue, dancingover cigarette butts & againstbodies not our own & through a lightof such blue densityit almost wasn’t light at all.But outside, there were stars,& though all around us the city was playing gameswith its deranged souls,we danced three times around the parking lot–a waltz, for chrissake, a fuckingwaltz. Thatwas 1981, & each yearthere are fewer & fewer people I’ll admitas my acquaintances,& fewer still I’ll dance with,& it’s probably the casethat, on those all-too-rare occasions,the light we dance through is the closestwe’ll ever come to any sort of afterlife.
Líneas para Hank WilliamsLa manera en que su voz aguda se quebraría una y otra vez,Hermosamente solitaria, perdida... quien una vez escribióUna canción a punta de pistola en un hotel del centro,Dedos temblando para sostener los acordes simples.El mundo era una larga noche, interminables Nashvilles,Un jambalaya de mujeres, whisky y pastillas.En el Opry le vertían café por la gargantaEntre bastidores antes del espectáculo, hasta que tosíaY se levantaba, intentando recordar sus propias palabras.Y una vez, conduciendo en la oscuridad de la nocheEn un Cadillac con Minnie Pearl, empezóA cantar "Vi la luz," luego lo dejó,Su voz perdiendo volumen mientras hablaba:"No hay luz, Minnie. No hay luz."
Traducción: Juan Carlos Vásquez
Lines for Hank WilliamsThe way his high voice would break and break down,Beautifully lonesome, lost . . . who once wroteA song at gunpoint in a hotel downtown,Fingers shaking to hold the simple chords.The world was one long night, endless Nashvilles,A jambalaya of women, whiskey, and pills.At the Opry they poured coffee down his throatBackstage before the show, until he’d coughAnd rise, trying to remember his own words.And once, driving through the dark of nightIn a Cadillac with Minnie Pearl, he brokeInto “I Saw the Light,” then broke it off,His voice losing volume as he spoke:“There ain’t no light, Minnie. There ain’t no light.”
"Poemas de La Última Nostalgia: Poemas 1982-1990". The University of Arkansas Press, 1999.
“Si fuéramos más que la suma de nuestro deseo/(Pero no lo somos); si hubiera un lenguaje que pudiera encontrar para ir más allá de la opacidad/del cero. . .Pero estoy cansado de las palabras y de todo lo que nos alejamos. Sólo quiero verlo arder”. (Las luces de Newport Beach)
Joe Bolton fue un poeta estadounidense. Nació en Cádiz, Kentucky. Completó una maestría en la Universidad de Florida en 1988. En 1990, después de completar sus estudios en Bellas Artes, se suicidó. Joe tenía sólo 28 años cuando acabó con su vida en Arizona. Publicó tres libros de poesía: Breckinridge County Suite (The Cummington Press, 1987). Days of Summer Gone (Galileo Press, 1990). The Last Nostalgia Poems, 1982–1990, edited by Donald Justice (University of Arkansas Press, 1999.
Days a summer gone by Joe Bolton
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