Desde Leganés: una muestra poética de Francisco Cenamor - Qué duro es ser alguien

Solo en Barcelona 

uno no se siente más yo 
que cuando está solo en una ciudad que no conoce y además hay calles desabridas 
con hileras de dos faros que no se detienen y oloroso silencio frente a la sagrada familia ese esqueleto de fantasma 
cuyas puntas se pierden en la noche del cielo y el viento sopla frio 
y las farolas están tristes 
y las palmeras quedan ridículas en aquel frio y por fin la rambla 
donde paseamos todos los forasteros 
y miramos cómo recogen las flores 
y las putas tan jóvenes y negras 
-como en tantos lugares
y bajamos los ojos 
y alguien mira y hace señas 
y la ciudad es hostil de repente 
y coges el metro en drassanes 
hasta el frío hostal donde te alojas 
y en la habitación piensas estás solo 
pero es que esta vez querías estar solo 
por eso es mejor que ella no haya venido 
y hubiese mar y olor silencioso 
fantasma de sagrada familia y ciudad que no conoces 
farolas tristes y la rambla 
forasteros y putas y metro 
y la habitación del hostal donde estás solo porque esta vez quieres estar solo 

(De Ángeles sin cielo, 2003) 


madre

 

madre 
los están matando 
se nos mueren allí 
porque siempre se mueren allí 
madre consuélame esta torcida impotencia 

madre 
si no como no les alcanza para su hambre si grito sigue seca su garganta 
si le parto la cara al ministro 
su sangre no sacia esas sangres 

abrázame fuerte madre 
me da miedo que les maten en mi nombre, en tu nombre que les maten 
apriétame en tu seno madre yo cierro los ojos por si al no ver es un mal sueño 

¡ay!l madre 

lloro 

qué duro es ser alguien a veces qué difícil gritar con fuerza ¡que no les maten] 

madre 
por dios ¡que no les maten] 

(De Amando nubes, 1999) 


niños y niñas 

 

estás y ya no estás 
dicen que hay muchos niños 
que mueren de hambre cada día estás y ya no estás 
y otros niños nacen cada mañana como las nubes que no sabes donde qué tierras mojarán 
a veces hay nubes que están 
en el cielo mucho tiempo 
y un día ya no están 
como los niños que a veces ya no están 
pero el agua que dejaron las nubes 
pueblan cada tlerra de raíces como los niños muertos 

(De Asamblea de palabras, 2007) 


Se dibuja el recuerdo 
para cristina delgado 

 

en la noche retoma el recuerdo de la última mujer que amaste nunca son las tres de la tarde del barco que se aleja 
mientras en el puerto de mi mente flotan aún las astillas que incendiaron mi piel y mi sufrimiento 
entre las turbias aguas de mi deseo tu rostro se dibuja en mi sueño y me desvelo 

(De Asamblea de palabras, 2007) 



FRANCISCO CENAMOR (1965, Leganés, España). Es autor de los libros Amando nubes (Talasa Ediciones, 1999), Ángeles sin cielo (Ediciones Vitruvio, 2003), Asamblea de palabras (Ediciones Vitruvio, 2007), Casa de aire (Ediciones Amargord, 2009) y Nada somos (Editorial Luces de Gálibo, 2011). Incluido en antologías y revistas impresas y digitales, ha organizado numerosas actividades poéticas; así mismo, ha coordinado el Club de lectura de la Universidad Carlos III. Edita el blog literario «Asamblea de palabras». Profesionalmente se dedica a impartir clases de interpretación en centros públicos y privados, y ha interpretado pequeños papeles en películas y conocidas series de televisión.

Texto publicado en Herederos del Kaos, febrero de 2008, año 2, versión 8. San Francisco, California.

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