En "Daddy Longlegs Ediciones", Juan Carlos Vásquez narra con ironía la historia de Jota, un escritor cuya relación con la enigmática editora "Carma" desencadena una serie de eventos que cuestionan el equilibrio entre la creación artística y las dinámicas comerciales. A medida que Jota se ve envuelto en proyectos y encargos relacionados con la empresa, se desvelan comportamientos y secretos oscuros que ponen a prueba su lealtad. Este relato ofrece una mirada profunda y provocadora sobre la compleja interacción entre el mundo de las letras, la traición y el fraude.
Daddy Longlegs Ediciones
Me levanto de la cama y salgo disparado como una bala al escuchar que el teléfono suena justo cuando todo parece jugar a favor de recibir una información.
«¡Buenos días! ¡Hola, Jota! Después de un minucioso análisis, el consejo editorial ha llegado a la conclusión de que tu obra cumple con todas las directrices para ser publicada. Realizarán algunas modificaciones menores, un estudio gramatical y ortotipográfico. No tengo que preocuparme por los costos, la editorial se hará cargo. Además, crearán un breve resumen que entregaremos a los asistentes al simposio de la Academia, en francés, inglés y alemán.
—¡Qué alegría!
—La alegría es nuestra. "Daddy Longlegs Ediciones" necesita tu firma para los primeros días del próximo mes. "Éditions de l'Encyclopédie des Nuisances colín" también quiere un resumen del trabajo para una ponencia que tendrá lugar mañana. Ferran ya comenzó a trabajar en la portada. Pronto nos pondremos en contacto contigo.
II
Tomo mi cuaderno con desesperación, junto con el disco duro repleto de archivos encriptados, me sumerjo en un frenesí de trabajo. Voy corrigiendo aquí y perfeccionando allá, mientras doy vueltas y vueltas a nuevas interpretaciones. Después, sin perder un segundo, escapo a las bulliciosas calles del barrio para compartir emocionado con mis amigos.
III
— Buenos días, Jota.
— Buenos días, ¿Cuánto tiempo ha pasado?
— ¡Jota!, me ha costado mucho comunicarme contigo esta vez (asuntos laborales), pero solo quería informarte de que seguimos trabajando en tu obra. Es diferente, es única. Nos encanta tu irreverencia, cómo expones el caos, los gestos obscenos y coléricos. ¿Cuándo podrás venir a la editorial? Necesitamos hablar. Ah, y antes de que se me olvide... sabemos de tu capacidad para realizar entrevistas y escribir artículos. ¿Sería posible que hicieras una investigación en la que expongas los orígenes de nuestra empresa y los míos? Estaba pensando en un reportaje.
—¡Claro! ¡Estoy encantado con esta propuesta!
Y así comienza el proceso documental, la investigación, las llamadas y la lectura de un montón de documentos desperdigados y mal escritos. Sin embargo, la editora también desea hablar personalmente conmigo, para contarme su vida, sus historias y el origen de los libros y de las obras teatrales...
TERTULIAS BAR
Carma luce un sombrero de enormes dimensiones. Su cabello revuelto, lleno de rizos y cubierto por un enorme velo de encaje, como si estuviera a punto de asistir a un funeral victoriano. Al verme, corre, abre los brazos, me besa las mejillas y me brinda una amplia explicación para dar los últimos matices a mi trabajo.
La acompaña un tipo con mirada perdida y vacía, que denotaba una falta total de comprensión de su entorno. Sus ojos, pequeños y sin brillo, se movían de un lado a otro, un permanente desconcierto que daba un toque adicional de estupidez a su semblante.
Pero lo que más destacaba de este hombre era su mal genio. Cualquier pregunta o comentario que surgiera era recibido sin un gesto, pero todo se detiene al escucharse una voz pidiendo silencio, había comenzado un acto de presentación.
"Este libro que hoy presentamos es una dimensión inherente a la historia de los máximos logros literarios de este siglo. La cultura europea continúa enriqueciéndose con las referencias transmitidas por sus antepasados: documentos históricos, religiosos, literarios (la Biblia). ¡La Biblia, muy a pesar de los ateos!" gritó, y todos se miraron. Aquello estaba lleno de ateos, anarquistas y señoras del Mercadona que vivían maldiciendo constantemente a Dios.
»"El libro de las maravillas de Ferre Ferre, leído hoy también se halla firmemente arraigado en la literatura española, única en el mundo". Una vez que lo dijo, me miró desafiante.
IV
Un año después
En las paredes de la editorial cuelgan cuadros pequeños y grandes, acuarelas y lienzos rasgados. Sobre las mesas, veo esculturas y trapos chamuscados.
—¡Otro trabajo para ti! —me dice la editora—. Sería un artículo sobre mi obra pictórica.
—¡Otro! —insiste una vez terminada la última encomienda—. Es una entrevista sobre la confrontación que mantenemos con la entidad cultural que gobierna el país.
Guardo silencio, pero mi mente ya comienza a urdir un plan.
V
Tres años después
El teléfono suena, esta vez soy yo quien llama a Carma.
—¡Hola!
—Hola. ¿En qué puedo ayudarte?
—¿Qué ha pasado con el libro?
—Justo iba a llamarte para comentarte algo. Hemos tenido algunos problemas con nuestra sede y tendremos que mudarnos. Nuestro portal ha sido hackeado. Me gustaría hacer un reportaje que aborde este problema. ¿Podrías encargarte de eso? Recientemente nos enteramos de que nos desalojarán de nuestra ubicación actual. Por ahora, estamos realizando autopublicaciones. Mantendrías parte de tus derechos y dividiremos las ganancias. Ten en cuenta que tu obra mantendría su prestigio al llevar nuestro nombre. Solo tendrías que cedernos los derechos de exclusividad por diez años. Otra cosa, habrá retardo, estoy por publicar mi libro, si escribes 200 palabras para la contraportada te incorporo de nuevo y vuelvo a hacer posible editar lo tuyo, todo, en cuanto Ferrán termine.
VI
Inquieto y curioso, me adentro en las calles con paso errático, alternando entre acercarme y alejarme de mi entorno. Mis ojos escudriñan el paisaje con cautela, deteniéndose en cada detalle que llama mi atención. En medio de mi deambular, mis ojos se posan repentinamente en una feria del libro, donde una multitud se agolpa alrededor de mesas repletas de obras literarias, autores, ya sean autopublicados o no, por escritores que ya están muertos… o por viajantes que nunca se enterarán de las ganancias…
Mientras absorbo la atmósfera, capturo una escena inesperada. Ferrán, quien ha descubierto a su madre inmóvil frente a uno de los puestos de venta grita: "¡Ma, hojea los libros, comenta, halaga! El ego de los visitantes es proporcional al de los escritores". Con un poco de adulación se acercan a ver, afirman cualquier cosa, compran, ponen pasta". Sin embargo, su madre se gira bruscamente echando espumarajos por la boca y responde.
—Qué coño vas a saber tú, subnormal. Mis técnicas eran la hostia comparadas con las tuyas. Me encantaba camelarme a los artistillas de mierda para que se pegaran el curro que me hubiera costado un riñón, y después los mandaba a la mierda... ¿y sabes qué? También me apropiaba de las ayudas públicas para comprarte tus putos muñecos y esas pintas cutres que tanto te gustaban. Pero ya estoy hecha polvo, y tú, hijo de puta, no robas, no te follas a nadie, ni sabes cerrar un puto contrato de autoedición enmascarado. ¿Eh? ¿Ahora eres asexual? —Y se voltea al verme…
—¡No! ¡no! Lo tuyo va bien, pasaré el manuscrito a Ferrán en junio, pero cariño… ¿Has terminado el texto para la contraportada de mi libro?
• Juan Carlos Vásquez. Autor de "Wards Island: El costado oscuro de Nueva York.
Image by Ryan McGuire from Pixabay (public domain).
¡Buen cuento! Pero sin muchas vueltas: le vieron la cara de bobo..
ResponderEliminarSin duda, ese es el objetivo, retratar la estupidez...
EliminarUna vez me prometieron publicarme y al cabo de un año me soltaron que por problemas de pasta solo podrían hacer una autoedición... Un año tirado a la basura.
ResponderEliminar¡Hola che! Me copó tu relato, me re siento identificada. A mí me hicieron dar vueltas durante dos años y al final "cuando estaba súper ilusionada" me pidieron que invierta en mi propia obra. Después me enteré de que es una práctica común, más de lo que uno cree. Te dicen que pongas el 50% y ellos ponen la otra mitad, pero eso es mentira. Usan tu plata para imprimir los libros bajo demanda y encima quieren tener exclusividad por 10 años, ¡una locura! Luego te dan una miseria, entre un 7 y un 10% de las ganancias, en el mejor de los casos.
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