Durante más de medio siglo de su creación, hay críticas contra “Amnistía internacional” (AI) en varios sentidos: desde cuestionamientos a sus informes de sesgo político, el tener mano blanda contra dictaduras y terroristas, hacer informes parcializados y mantener un soterrado apoyo al aborto inducido.
En el artículo “Amnistía Internacional: aciertos y desafíos a sus 60 años”, Robert Mudge afirma que “no todo lo que brilla es oro”, opinando que “no la ha tenido fácil en estos últimos 60 años. Se dice que no persigue una ideología política ni ‘apoya o se opone a ningún gobierno o sistema’. Sin embargo, sus detractores afirman que eso es exactamente lo que hace. AI ha sido acusada de utilizar información de solo una de las partes, o por el hecho de no tratar las amenazas a la seguridad como un factor atenuante”.
Parte del problema es que la organización sigue estancada en el pasado, opina Stephen Hopgood, profesor de relaciones internacionales en la Universidad SOAS de Londres, especializado en política humanitaria internacional y autor del libro “Keepers of the Flame: Understanding Amnesty International”.
“Amnistía es una organización de la época de la Guerra Fría, y por la forma en que se creó y el modo en que funcionó, es un milagro que haya sobrevivido durante 60 años. Y eso no representa necesariamente un fracaso por parte de Amnistía, sino más bien una especie de complejidad inevitable en un mundo que es muy distinto al de los años 60 y 70”, sostiene Hopgood.
Algunas de las críticas más fuertes se refieren a su supuesto sesgo de política exterior contra países no occidentales o países apoyados por Occidente.
Las “Metas Estratégicas” planteadas por el movimiento son: “Todas las personas conocen sus derechos y pueden reclamarlos; Se disfruta de los derechos humanos y de la justicia sin discriminación; Las personas gozan de protección durante los conflictos y las crisis; y Los autores de abusos contra los derechos humanos rinden cuentas de sus actos”.
“Amnistía Internacional” (AI) plantea posición crítica contra los abusos sobre los derechos humanos que están teniendo lugar en países o regiones que integran el mercado común mundial.
No obstante, también hay serias críticas en cuanto a la relación con el terrorismo y otros crímenes de lesa humanidad. Se ha acusado a AI de ocuparse con preferencia de los derechos humanos de los delincuentes. AI ha respondido: «Amnistía Internacional afirma, de acuerdo con el derecho internacional, que nadie (comprendidos los terroristas) puede ser sometido a penas crueles, inhumanas o degradantes, entre las que AI incluye la pena de muerte. De lo anterior se desprende que Amnistía Internacional, naturalmente, no ha pedido jamás la liberación de terroristas».
Como se recuerda, en 2007 la Iglesia católica manifestó que retiraba su apoyo económico a Amnistía Internacional por entender que esta organización apoyaba el aborto inducido. Esta declaración fue reacción a la decisión del Consejo Internacional de AI de defender el derecho al aborto de las mujeres en los casos de violación, riesgo para la salud de la madre e incesto.
Sobre su posición sobre el aborto, Amnistía Internacional indicó que: “La política de Amnistía Internacional sobre derechos sexuales y reproductivos no promueve el aborto como derecho universal, y la organización guarda silencio sobre la bondad o maldad del aborto”.
Amnistía Internacional mediante un comunicado publicado por el “Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro” dijo que en el Perú, necesariamente se tiene que despenalizar el aborto, eliminar las normas que criminalicen el aborto y rechazar las iniciativas sobre la decisión política del derecho al aborto biológico.
A juicio de AI, nuestros funcionarios públicos tienen que promover nuevas normas para “garantizar un aborto seguro, a través de servicios de salud reproductiva universales, accesibles y oportunos, y una educación con enfoque de género, que asegure el derecho a la educación sexual integral”. (https://tinyurl.com/mr3bawwk)
De igual manera, el movimiento social Amnistía Internacional (AI) en la celebración de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Lima, donde presentó una carta abierta a los jefes de Estado de los miembros de OEA que describe la ideología de género que desaparece con el contexto pandémico.
(*) Escritor, poeta, editor y sociólogo. Presidente del Instituto Peruano de la Juventud (IPJ) y director de Editorial Río Negro. Todos los artículos. Nota biográfica completa.
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