Tango de la viuda
definitivamente viudo, definitivamente solo, .......... definitivamente viejo,
Pablo de Rokha
Que como todo tango El tango del viudo es para bailarse Suena el teléfono un hombre llora en la línea al otro lado de esta isla Palabras aterradoras prorrumpe: “Está muerta, se mató”.
Él, quien ha urdido todas las mentiras matado y torturado en un país del sur Me ha convencido con su única credibilísima verdad No me importa lo que haces, lo que has hecho y lo que harás.
Fueron sus hipos llorosos, los mocos que no contemplé Suspiros y los silencios que oí Y ella, a quien no quiero nombrar La historia más o menos así, contada como si fuéramos amigos, los tres, bailando Esas cosas trae la muerte Alguien de carne y hueso pierde su rostro En segundos se va volando por los espacios siderales.
Mi viudo, antiguo bandido, fugitivo Describe a su gran amor: la joven, la bella, La de la eterna sonrisa Eso contaba el cuarentón antes descrito a su olvidada Julieta al otro lado del mundo Hasta que una noche, una triste y larga noche cuando anunciaba sus verdaderas nupcias, Su bella irrumpe contra una palma Aquella enhiesta, la que sobrevivió huracanes, malas intenciones no la sobrevive a ella a 100 millas por hora Y volando, volando, volando Sale volando con su cuerpo, lo entrega a los aires tropicales de Palm Beach Road.
Entre la chatarra sus pedacitos quedaron No encontraron su rostro por ningún lado, dijeron las autoridades, Ni su huella, pues, en el vecindario aquel Zapatos solamente, los que siempre sobreviven la escena.
Lección de baile 1
El baile y el bailador no se explican Qué te voy a contar mientras bailo Si no hay pensamiento, si se es otro sin edad Intentarse una lección Con palabras: un sonido de tacón sobre el tablado Voz de animales en ritos no presenciados: Un gallo que canta Una gallina pone un huevo Amanece, el movimiento inicia, ella muere Comienza el tango.
Mientras bailo no soy Una abstracción de mi dolor una inmemorable reacción al recuerdo El gallo canta la gallina pone un huevo, al unísono Bailemos y hablaré de lo inevitable, querrán saber de una vez Cómo amo, bailo, cómo moverás las caderas a mis cincuenta A mis sesenta a mis setenta a mis ochenta Mientras me abrazas desnudo contra desnudo Tomando mi espalda y acariciándola sin luz, como ayer, Con todos los ayeres cuando teníamos recién poquitas penas Tan poquitas que podíamos olvidar y seguir el paso El baile de ahora es un pie sobre la misma loseta Despacio, sin prisa, contra el tiempo Esa cuestión de ir a ningún lado, imperceptible el vaivén, Secreto que me piden, callando Y que dejo para otra ocasión.
Receso
Celebramos la mañana y en la noche otros seres No eres su enemigo, una cabeza o las vísceras del guerrero Cuando se hace el amor a veces confundimos el terreno del combate.
Lección de baile 2
La puesta del cuerpo como un sol nocturno El cuello el cisne que se resiste a morir o que en posición de buda no abdica y tieso queda Eso que llaman sudor es necesario Para emprenderla larga, de pieza en pieza, sin parar porque la obra no está terminada Estas lecciones son privadas, no sé si seré un bufona o si me atreveré a interpretarte el amor que me duele.
Ensayo frente al piano negro reflejada Creo entender que quiero verme y tratar de no mentir a la hora en que el bailador es el baile Para que me veas bailar Con el riesgo de perder todo artificio Ay mira que mira mira, ay mira que anda y anda Y te amo y no te tengo ay que mira, ay mira que anda anda desde que te estoy queriendo no sé lo que me pasa.
Conociendo el baile de adoré y los ancestros, avatares que entiendo, me inducen a ser la que te revele algunos de los últimos secretos de mi especie.
Lección de baile 3
Que tus pies no paren de llorar Que la guitarra te consuma los nervios y en nota aguda quieras cantar hondo Ya no puedo cantarte mis memorias Estamos unidos en la línea de un tango No pido perdones porque tú no olvidas.
Valparaíso no muere cuando le traicionan En el aire sigue la música de siempre No digas, entonces, que vienes a buscarme de otros mundo más bellos y que pueblos más dulces habrías podido escoger Qué manera curiosa de definir el amor: una condena La historia continúa en los cementerios florecidos y en pueblos donde nunca llueve.
Dices que no pides qué que bueno: no hay culpable Y no sabes que me pides que siga esperando a que la línea se disuelva mientras bailo Se mueve una lágrima, a lo lejos contemplo cascadas Cielos diluvianos, mares que nos tragan y sobrevivimos, Contemplando el movimiento, seguir vivo en lo profundo De los mares que nos separan.
El bailador no llora mientras baila El dolor debe ser el baile mismo No, no somos amantes porque el tiempo no te trajo después En versículos de amor jamás conoceremos público si yo con identidad de esposa y madre los destruyo Un graffiti escribo en las paredes de una estación de tren Como una adolescente confundida, más bien desesperada Un garabato, no sé si moverme o quedarme Al ver llegar el tren que nos separa La rima, destruyámosla, bien me parece Cantemos, olvidemos, arriesguemos un paso.
Digo: Si bailaras más, menos disculpas, tablas, profecías, Testamentos habría, pero tal vez no habría palabra La muerte no sabe bailar, estas lecciones de baile se escriben Cuando ya no hay danza, solo movimiento subterráneo.
Hay quienes aseguran que el baile fue invención de Lucifer En los túneles de un tren zigzagueando de regreso por este oscuro Manhattan.
Lección de baile 4
Lleva el brazo detrás de mi espalda, la mano apenas toca la curva de mi cintura Una pierna desliza entre las mías, levanta mi brazo y la mano fuertemente.
Hacia atrás y hacia adelante con mi cuerpo flexible, maquinalmente siguiéndote Río mientras amenazas: Hands up!, como Eastwood de vaquero.
Pistola en mano, vas matándome, sé que la muerte puede ser verdad Everybody knows that the dice are loaded, canta casualmente Leonard Cohen.
Nadie sabe, pero nadie sabe, que nuestro baile es a puerta cerrada Nadie sabe que nuestros días están contados Sin embargo, no soy la dócil de un tango, no puedes estrujarme, ni tirarme impunemente a las dunas.
Arrastrada por el suelo cuando bailamos hasta rabiar de rabias acumuladas porque una cárcel nos limita el giro De un guaguancó o un son montuno que no aprendiste en el sur Yo, entre dos tangos, bailo metida entre tus piernas de dandy inglés Ay Míster Charly, pocos conocen tu verdadero nombre y apellido Cuando comenzaste a ser otro en los mares del Caribe en Manhattan.
Nadie sabe tantas cosas que yo sé de incógnito Hablamos sin palabras, tú empujas, yo me resisto Tú me atrapas, y yo me escapo Tú me doblas el cuerpo hacia atrás Me lanzas al abismo, por el suelo.
¿De qué son tus rabias si sabes que te amo?
Será porque no soy la que quisieras, siempre se es otro en el baile.
Lo que el viento se llevó
Escucho a Louis Armstrong en los 20 cantando lo que buda en la India: When you smile the world smiles with you
Las palabras más bellas que oí se las llevó el viento Lo que el viento me llevó fue el amor Quedé sola con palabras.
¡Ay, dolor, puro gozo! Sin ti hoy empiezo a bailar Bailaré por los desiertos, las dunas por donde comí de tu mano.
Te vas un día de octubre Y un 6 de noviembre caerán sobre mi cabeza todas las muertes de los muertos, la mía incluida.
¡Ay, por qué tanto dolor en mi baile! ¡Trata que la pena no sea pena, penita, pena, pena, penita!
Estoy tristísima lo sé Te fuiste llevando las palabras Las no escritas en las paredes de la ciudad de Manhattan Una ciudad pequeña Un roto por donde escapa mi mar, mi cielo, infinito del Sur.
El mundo se hizo tan pequeño Desde La Patagonia a los mares del Caribe Así, pasando el agua, volvieron a verse las caras:
Mundo pequeñito ¿qué mundo me das?
Salta por mis ojos que quiero volar, Niño pequeñito ¿qué niño me das?
Esperas hacerme viuda Ponerme a bailar, llorando No guardes luto por nadie muchacha bonita en tus cuarenta Por el esposo ido ordeno una sonrisa con los soles de tu isla, aquellos que bien conoces.
Contra la desgracia esta niña, esta niña Si partes dos veces, ya estás muerto, Curiosamente el mundo sonríe de vuelta.
Da vueltas.
Estaciones
Debajo de esas ropas quién existe en una época en que el otoño en Manhattan es más bello tal vez recuerdo a Cornwall lugariño donde te esperé.
Debajo de unas ropas dormidas Belle Port de verano, en brasier, ni tonta, si es negro, ni perezosa Igual en una trusa de playa nos desplazamos por la arena Vestida, aparentemente, como los demás.
Llevaba este copón de hilo negro por emblema Salí caminando acompañada Patalón militar hasta las rodillas color verde oliva mi piel al estilo de ahora camuflaje por fuera y por dentro Guerrillera en los cuarenta Nada cambia hace 20.
En 34 B, salgo a caminar con mis gafas A medida avanzamos nos advierten Las dunas son amurallados territorios de pájaros.
Pajaritos volando detrás de turistas e invasores Bandadas de Plovers de Fire Island, níveos de locura Nos encontramos, ciertamente, en una isla de fuego.
Soldaditos en blanco y negro salen detrás de nosotras Huyendo, haciendo el quite, nos ganan la partida con sus picos.
Al baile de los pájaros que no vuelan — casi nada—atacan sobre nuestras cabezas tan cerca de la arena, un incendio.
Arena, tierra de combate, estoy de vuelta.
Madeline Millan Nació en Coamo, Puerto Rico y vivió durante sus años de escuela superior en Bayamón. Inicia su bachillerato en periodismo, y luego en Estudios Hispánicos (UPR), en donde hace su maestría. En los años ochenta participó en el taller literario de la poeta María Arrillaga, junto a Daniel Torres y Edgardo Nieves Mieles, en la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras. Luego intentó entrar a una compañia de teatro. Sin lograrlo, cambia el rumbo y termina un doctorado en Nueva York. Formó parte de la junta editorial de la revista Extremos (Nueva York- Santiago de Chile- San Juan de Puerto Rico). Es editora de la revista de cine latinoamericano Entreextremos. Ha publicado en varias revistas de Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Su primer y más amado libro está inédito, Leche, titulado originalmente Nanas en Alphabet City. Hace aproximadamente dos años publica Para no morir por segunda vez, en Buenos Aires. En otoño de 2004 saldrá su segundo libro de poesía, De toros y estrellas (Terranova Editores). En principio, considerando el taller en que publica bajo la dirección de María Arrillaga en 1981, pudiera ser considerada como parte de esta generación. Sin embargo, Millán considera que comienza su conciencia poética con Leche en 1994-5, Manhattan, lugar donde todavía reside. Website. |
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