Dos poemas de Luis Cuadros Falla

Keops


nada ocurre 

con el pasar de las horas

solo la noche encrespada

dulce y azul

rayo de nube

que devasta el tiempo

la cabellera desatada

de aquella estrella 

y la mágica intensidad

de tus senos de miel

la disolución del verso

al fondo del océano

frío y desnudo

la complejidad del instante

frente a los planos del universo

    y tú

ángel divino

con tus alas de colibrí

rozando la punta de Keops




El tiempo


uno


el tiempo es un inquilino desolado

que vive en el segundo piso

nadie sabe cuándo asomará

con su rostro de estrella fugaz

y su lengua de rayo luminoso

por las tardes se agazapa

detrás de las sombras

como animal herido

para después aterrorizarnos

al dejar caer de sus labios

la guillotina de las horas


dos


es el tiempo un dragón aterciopelado

que engulle todo

algunas veces me consterna

me abre el pecho con su fría daga

y me conmueve

con el peso de su desnudez

viene el tiempo

como antiguo redoble de tambores

como misa negra

como resplandor partido 

y se estremece

cuando al final del alba

ha vuelto al origen de todo

y en el vacío del silencio

se detiene para ver pasar

el cortejo fúnebre de los días

para ver al hombre retornando

con su enorme piedra sobre el hombro

y la mirada hacia adentro

escarbando con su huesuda mano

el polvo y la luz


tres


es el tiempo una ola que muere

a la orilla del universo

un caracol marino

suspendido en el cosmos

a medio camino

entre el pasado y el futuro

la perfecta intersección

entre el antes y el después

desvaneciéndose y volviendo

convertido en cadencia

breve sombra que deambula

sin brújula ni puerto


cuatro


en el piso de arriba vive el tiempo

con su llameante lirio

y su latido de piedra

el gran dragón desciende

con su risa de vidrio astillado

con su brillo de agua fugaz

y la muerte me codea

y el tiempo desciende

hacia mis campos

como un ángel

como un dios supremo

como una fiera que sangra

un suspiro incierto e infinito

que nos roba la eternidad del segundo 

y se convierte

en verdad inconmensurable

saeta fugaz

maravilla inevitable del desorden

fantástico enigma del caos

plateado pez que habita

en mi memoria

sedienta serpiente de fuego

que queda inflamada

en el ojo del instante eterno




Luis Cuadros Falla (Lima, 1961). Poeta y periodista. Fue editor de la revista El Elefante Asado. Ha publicado los libros de poesía: Nocturno (2000), La velocidad del amor (2004), El Abismo (2013) y Cartas a Federico (2015). Su dos últimas publicaciones también se encuentran en versión digital para descarga gratuita en la plataforma Issuu. Este año fue incluido en la antología de poesía Voz Celestial, publicada por Ediciones Vicio Perpetuo Vicio Perfecto (Perú).


Ilustración: la imagen de portada ha sido remitida por el autor de la obra.

1 comentario:

  1. En esa reseña no dice nada de tu estadía en Arequipa que fue larga, tortuosa y por eso virtuosa. En donde nunca te habrías tomado una foto tan nice jajajajaja. Felicitaciones desde el fondo del Séptimo Círculo.

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