Mostrando entradas con la etiqueta
Colombia
.
Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta
Colombia
.
Mostrar todas las entradas
—
›
(Ambos salen de la sala —porque ya se acabó el almuerzo— al corredor: allí se ubican en un banco que les sirvió de columpio hasta que supier...
—
›
Te hace falta valor, coraje, resistencia para probar mi corazón, que es una granada a punto de estallar. No eres la clase de tipa que deja s...
"Bloque redoblante", un texto inclasificable de Alejandro Zapata Espinosa
›
Por ocasión de la despedida, que no serás tan larga como el tiempo entregado a sus funciones de embeleco y paseador de suelas, va a remetirs...
Laura Flòrez Daza: Balada para ratas - Procura no hartar a todos y llévate tu soledad
›
No desees nunca la muerte de tu prójimo queriendo que sea la tuya, ni mires a los ojos si vas a decir la verdad, no te d...
Pequeña bailarina, un relato de Sebastián Trujillo - Habíamos fallecido en la tierra en instantes exactos
›
Al frente había un mar que deseaba intensamente alcanzar. Allí resplandecía un sol blanco. Otro oscuro y bestial encima de mí. “Vagabundo, ...
Desde Colombia: "Cazando al Hombre Solitario" - Una Historia de Sebastián Trujillo
›
La noche era lluvia. Una intensa lluvia estremeciendo al mundo. Las centellas estriaban las alturas. Se desplomaba el cielo, una...
"Síntomas", un relato breve de Yessika María Rengifo
›
Se han ido los días. Volvió a mirar al cielo como ilusiones que traía el calostro que brotó de su pecho izquierdo. Una ilusión q...
Desde Berlín: "Vidas cruzadas", un relato de Sebastián Trujillo
›
Estaban en el piso cuarto de un edificio con aspecto de fábrica, pintado de grafitis en la fachada. Había una cerveza en la mesa. Ta...
1 comentario:
«Bola de pelos», un cuento del autor villavicense Carlos Arturo González
›
El cuento "Bola de pelos" del autor Carlos Arturo González, cuenta...
«Los extraviados», un relato de Rusvelt Nivia Castellanos
›
En este mundo, nace otro día de tormentos. Desde temprano, salen los nubarrones revueltos con la polución, pesado el clima trepid...
«De donde viene su rostro», un relato del autor y periodista Sebastián Trujillo
›
La madre había cerrado los ojos. Como intentando hallar abrigo en la fugacidad de algún sueño. Después abrió los párpados y grit...
Desde Colombia: «Los labriegos», un cuento de Rusvelt Nivia Castellanos
›
Había guerra en el monte. Sólo se escuchaban las balaceras. Los combates infundían terror en la región. Para lo peor, un campesi...
«El bus de la cinco de la tarde», un relato de Héctor Medina
›
Es insistente el sol sobre la ventanilla, dejando entrever por instantes la silueta de la cordillera. El bus no va más de cincue...
«Carta de un escritor», un cuento de Gerson López Cárdenas
›
Quizá esta carta sea lo último que escribamos Manuelita… Recuerdo que, siendo niño, aferrado con mi mano a la sombra de mi madre...
Comunidad Wabi Sabi: La imperfección de la vida
›
La comunidad Wabi Sabi se desarrolla para clarificar los géneros literarios japoneses, el respeto a la cultura y entender su int...
«La nueva adquisición del juicio», un relato de Héctor Medina
›
El aparato ocupaba lo alto de la puerta. El hombre lo empujó hasta donde estaba el Papa y su séquito, cada uno con la mano en la...
«El hecho electoral en Colombia: opinión sobre las deudas y las amenazas», un artículo de Gabriel Garay
›
En los “acuerdos” del país, el pueblo ha sido convocado como un cuerpo sin presencia real y efectiva, como excusa formal de lo q...
«Amor, virus, muerte y rompecabezas», un relato del autor colombiano Héctor Medina
›
2. Aunque la mañana se torna fresca y lozana, el sol calienta a toda potencia. La cama de Roberto está pasada por el sueño intra...
«La mordedura de Bartleby: consideraciones a propósito de una indiferencia viral», un ensayo de Gabriel Hernando Garay Bohórquez
›
Estos dos últimos años habrían de servirnos para replantearnos varias nociones y perspectivas sobre nuestra experiencia civiliza...
«Sin hogar», un relato de Juan Camilo Ramírez Rodríguez
›
—Dame un momentito, no más—, dijo el viejo paseando los ojos por el tejado cóncavo de su habitación, una mole atravesada por vig...
›
Inicio
Ver versión web