«Exilio», un relato de Edmond Hamilton
¡Lo que daría ahora por no haber hablado de ciencia ficción aquella noche! Si no lo hubiéramos hecho, en estos momentos no estaría obsesionado con esa bizarra e imposible historia que nunca podrá ser comprobada ni refutada.
Sin embargo, tratándose de cuatro escritores profesionales de relatos fantásticos, supongo que el
«Kid Stardust en el matadero», un relato de Charles Bukowski
«Un hombre muerto a puntapiés», un relato de Pablo Palacios
¿”Cómo echar al canasto los
Palpitantes acontecimientos callejeros?”
“Esclarecer la verdad es acción moralizadora.”
EL COMERCIO de Quito
“Anoche, a las doce y media próximamente, el Celador de Policía No.451, que hacía el servicio de esa zona, encontró, entre las calles Escobedo y García, a un individuo de apellido Ramírez casi en completo estado de postración.
'El nadador', relato de John Cheever
Era uno de esos domingos de mitad de verano en que todo el mundo repite: «Anoche bebí demasiado.» Lo susurraban los feligreses al salir de la iglesia, se oía de labios del mismo párroco mientras se despojaba de la sotana en la sacristía, así como en los campos de golf y en las pistas de tenis, y también en la reserva natural donde el jefe del grupo Audubon sufría los efectos de una terrible resaca.
'Por las azoteas', relato de Julio Ramón Ribeiro
A los diez años yo era el monarca de las azoteas y gobernaba pacíficamente mi reino de objetos destruidos.
Las azoteas eran los recintos aéreos donde las personas mayores enviaban las cosas que no servían para nada: se encontraban allí sillas cojas, colchones despanzurrados, maceteros rajados, cocinas de carbón, muchos otros objetos que llevaban una vida purgativa, a medio camino entre el uso póstumo y el olvido.
Kjell Askildsen: Ajedrez
El mundo ya no es lo que era. Ahora, por ejemplo, se vive más tiempo. Yo tengo ochenta y muchos, y es poco. Estoy demasiado sano, aunque no tenga razones para estar tan sano. Pero la vida no quiere desprenderse de mí. El que no tiene nada por que vivir tampoco tiene nada por que morir.
Tal vez sea ese el motivo.
'El guardagujas', relato de Juan José Arreola
El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero.
«Brevario de podredumbre», un libro de Emil Cioran (descarga en PDF)
(Émile Michel Cioran; Rasinari, 1911 - París, 1995) Filósofo francés de origen rumano cuyo pensamiento se caracteriza por su extremo pesimismo y nihilismo. Hijo de un pope rural, estudió filosofía en Bucarest, tras lo que escribió una tesis sobre Bergson. Viajó a Alemania y fue por breve tiempo profesor de filosofía en Brasov. Logró en 1937 una beca del Instituto Francés de Bucarest y marchó a París, donde, con alguna ausencia, residió hasta su muerte.
Poemas de 'Yusef Komunyakaa'
Camuflando la quimera
Nos atamos ramas a los cascos.Nos pintamos las caras, y los fusiles,con el fango de la orilla del río,
colgamos manojos de hierba de los bolsillosde nuestros uniformes de camuflaje. Nosfundimos con la selvacontentos de que los colibríes se fijaran en nosotros.
Poemas de 'Tadeusz Rozewicz'
Vi a unos locos
Vi a unos locoscaminaban por la superficie del marcreían hasta el finaly se ahogaronaún hoy volteana mi insegura barcarechazo estas manossepulcralesyo cruelmentevivo
"Estupor y temblores: La fascinante obra literaria de Amélie Nothomb"
Mi espíritu no pertenecía a la raza de los conquistadores, sino a la especie de las vacas que pacen en las praderas de las facturas esperando la llegada del tren de gracia. ¡Qué hermoso era vivir sin orgullo y sin inteligencia! Hibernaba.Yo reino. El poder no me interesa. Reinar es mucho más hermoso.
Novela: 'Años de perro', de Günter Grass
Primer turno de madrugada x Cuenta tú. No, cuente usted. O tú cuentas. ¿O ha de empezar acaso el actor? ¿O los espantapájaros, todos a la vez? ¿O vamos a esperar a que los ocho Planetas se hayan apelotonado en el signo del Acuario? ¡Hágame el favor de empezar usted! Al fin que en aquella ocasión fue su perro. Sí, pero antes que mi perro, ya su perro y el perro del perro. Alguien tiene que empezar: tú o él o usted o yo...
'Aquellos días en Odessa', relato de Heinrich Boll
Hacía mucho frío en Odessa aquellos días. Cada mañana íbamos al aeropuerto en grandes y ruidosos camiones, por la carretera mal adoquinada. Allí esperábamos, muertos de frío, a los grandes pájaros grises que rodaban por el campo de aterrizaje. Pero los dos primeros días, cuando estábamos a punto de subir a bordo, llegó una orden en sentido contrario, porque sobre el mar Negro había una niebla muy densa, o bien demasiadas nubes, y volvimos a subir a los grandes y ruidosos camiones y regresamos al cuartel por la carretera empedrada.
Poemas: Ruth Weiss y Diane di Prima
Segundo díaRuth Weiss
hay que desecharlo todoapuntes —— númerostodas las referenciasincluso la adoración de la nadaespejo —— memoriatodas las bisagraslas puertas giratorias hacia lo posibleincluso el calor — fríolas espaldas desconocidas
Poemas: «Carniceria» y «Supervisores Celestiales...», de Charles Simic
A veces, caminando tarde en la nocheMe detengo ante una carnicería cerrada.Hay una sola luz en la tiendaComo la luz con la que el condenado cava su túnel.
Un delantal cuelga sobre el gancho:Sobre él sangre untada forma un mapa
Selección de poesía de Antoni Tàpies Barba
HUELLASNo hago más que seguirte,por caminos y agrestes bosques,peñascos arriba, donde anida la nieblay muere la luz demasiado clara.Siempre siento tus pisadas,tu paso firme sobre la roca.Muy a menudo te pierdo –me pierdo-y te veo en la cumbre que me esperas.Rastreo tu huellatanto en la nieve virgen como en la tierra arada.Es difícil seguirte cuando la luna se oculta
Poema: «Dióxido de carbono», de N. Krishna Kumari
Soy dióxido de carbonoEl enrojecimiento apenas visibleEntre hombre y hombre,Llamas en recovecos de concienciaYo extingo.Destellos de tejidos marrones,Conozco la medio-loca despreocupación.La fea y deformada curva de la mofa
Poemas: «Rompecabezas» y «Momia», de Attila Balázs
¿Hoy es lunes o viernes?si fuera domingo, sería mayor el silencioEnsamblo mis miembros desde el baño,desde el dormitorio, la cocina- En tales momentos, en la mañana -Los junto como un rompecabezas
Números y letras se confunden en el calendarioDe modo que si se mezclan el caos sería mayorMiro la red o leo el periódico para ver
«Tortura», un poema de Wislawa Szymborska
Nada ha cambiado.
El
cuerpo es susceptible al dolor,tiene que comer y respirar aire y dormir,tiene piel delgada y la sangre justo debajo,un adecuado surtido de dientes y uñas,sus huesos son quebrables, sus articulaciones estirables.En torturas todo esto se toma en cuenta.
'La bolsa del mandado' y 'Flor de guerra', dos poemas de Xhevdet Bajraj
No se cómo te sientes querido amigo mío
pero a mí la vida sigue mordiéndome con dientes de bestia
así que no me queda otra
que también morderla
Tiro el cigarro y cruzo la calle con paciencia
Juan López | Selección de poesía
DeMiráMendoza: Edicones Simples, 2005
mirá
mirá si no llegan a tiempo esos mensajes
y tu objetivo no se cumple
como afanosamente habías planificado
mirá si tu maestro se muere justo en ese momento