Cuatro textos del periodista, escritor y fotógrafo argentino Belisario Sangiorgio

1. Indios

Cuando me voy de la Quebrada camino por el río Grande hasta la yunga de Yala, y en Yavi Chico llora la despedida -sobre los huesos del Antigal- el cielito gris; también cuando me fui del valle del Fuatalaufquen sufrió en su tumba de Tecka el alma del cacique Inacayal, porque antes y después de la conquista de los españoles, antes y después de las matanzas de las campañas, yo tuve una abuelita inca y otra abuelita mapuche; y si en la meseta encuentro desventura al seguir el paso de los caballos, pedirán misericordia las voces ocultas de los vientos del valle de Lerma y de los vientos de la isla de Chiloé; me protegerán, como las espinas del tala y del churqui protegen los nidos de los animales.


2. Letras

La literatura es un tesoro esquivo; y yo -que tengo en mi sangre la sangre de los indios- la busco en las piedritas de los piletones cristalinos del río Lesser; la busco en los cantos del pájaro boyerito, en el lomo azulado de un tordo; el lenguaje no basta para nombrar la memoria del día en que muere una flor amarilla. Y me recuerdo caminando hacia las nubes por un cauce encajonado que no tiene senderos. Junto al tronco delgado de una tipa blanca ofrendé anhelos y dolores envueltos en un manto tejido; ofrendé poesías en un templo inmenso de pircas derrumbadas: ¿fui yo aquel hombre que, al bajar del cerro, en la oscuridad y con los pies mojados, recogió del murmullo de la acequia dos pétalos huérfanos?


3. Peregrinaje 

Conocer el infierno de la miseria cruel, conocer a los confinados de los lejanos muros del destino; vengo viajando por pueblos abandonados, en las tumbas pequeñas, con los santos paganos, al costado de las rutas; he dejado mi dolor en el olvido del valle, en una cascada del Aconquija, junto a la huella del ganado; he dejado mi amor, partido -como la piel del baqueano- en los pozos hondos de la lluvia; aguita bajando por los surcos del mundo. En estas manos sostengo los sueños dentro de los sueños, y admiro del cerro todo lo que odio en mí.


4. Resistir

El frío, la madrugada, seis caballos sueltos. Lejos, entre los sembradíos, las lagunas; más allá de la iglesia del pueblo y de la estación del ferrocarril, en una esquina fuma aquel ladrón de ganado; un heredero de los cuchilleros que ha matado desde niño; su compañera, una paisanita que lo visitó en las cárceles, prepara carne de ciervo y dice que yo debo aprender a resistir. El frío, el dolor, la soledad; resistir, el hambre, el destino; en su rancho humilde me dan refugio; afuera, peones y alambradores caminan hacia las fincas. Resistir. Como el alazán salvaje, que en su galope -cuando escapa de la tormenta- no anhela la sombra del roble.





Belisario Sangiorgio (8 de julio de 1990; Villaguay, Entre Ríos, Argentina) es un periodista, escritor, fotógrafo y especialista en comunicación digital que ha publicado sus artículos, crónicas, análisis e investigaciones en los principales medios de comunicación de la Argentina. En 2019, se graduó con dos becas de mérito de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) como Magíster en Periodismo. Escribió tres libros, titulados Frontera, Los traficantes, y Las mujeres del petróleo; y un poemario, titulado Recortes. Fue también productor de contenido y editor de redes sociales en agencias de publicidad.

Ilustraciones: imagen remitida por el autor de la obra.


No hay comentarios:

Publicar un comentario