Flash. Flash. Esta es mi vida. Flash, flash, flash. No soy un ser humano, más de lo que soy una cosa, un mueble. Usan tu cuerpo como un maniquí vivo para ponerle ropa, anillos, collares. Cuando una agencia de modelos se encarga de tu seguro, no asegura tu persona, sino tu imagen. Si algo llega a pasar y quedas desfigurada, pierdes el seguro. No poso con mi cara de “Ven a mí”. Lo hago con cara de “Tú tampoco me importas”. Flash.
Un gato me sacó de la depresión. Hay un gato en la casa y es el único que me oye y que me recibe emocionado cuando llego. Haber conseguido un gato es tal vez la mejor idea que he podido tener, porque creo que en el fondo, mi problema se trata de sentirme necesitada. Quiero que alguien ansíe mi llegada. No me culpes; soy tan humana como tú.
Flash.
Detrás del fotógrafo está Faye. La semana pasada hizo una sesión con una desconocida y creo que estoy celosa. No se trata de un aspecto sexual. Se trata de confianza. Se trata de que ella era mi apoyo y ahora está posando en una valla de champú, fingiendo que su cabeza experimenta el equivalente a un orgasmo con ese producto y a su lado está la desconocida, haciendo papel de amiga interesada en la espuma y las burbujitas. No me dijo nada. Yo pude ser la amiga interesada. Yo pude estar en la valla. Pero no me dio nada. Poso y, en vez de cara de “Fóllame”, pongo cara de “Me traicionaste”.
Flash. Flash.
Mis papás casi no me llaman. Creen que hacerme fotos subidas de tono es descarriarme. La última vez que llamaron, me pasaron a toda la familia, preguntándome si yo era puta, lesbiana o drogadicta. Nadie tenía nada bonito qué decir. Creo que cuando tienes veintidós años, tienes libertad para hacer lo que te dé la gana y correr con las responsabilidades, pero a ellos no les gusta la idea de que te quites los pañales. Ellos crearon el monstruo. Si tú crees que te he decepcionado, ponte en la cola.
Flash.
Le gusto a una compañera de clases. Como se supone que debe ayudarme con los estudios, no puedo quitármela de encima y se pasa todo el día probándose ropa, contándome sus intimidades y abrazándome. Hoy me preguntó si yo creía conveniente saber ponerle un preservativo a tu novio. Es una pregunta trucada: si le digo que no, entonces ella empezará a hablarme de eso, con alto potencial gráfico. Si le digo que sí, entonces querrá saber los detalles. Le digo todas las posiciones sexuales que conozco y se pierde por varios minutos. No quiero saber qué está haciendo.
Flash. Flash.
Mi ex novio me llama a hacer preguntas estúpidas como “¿Qué hora es?” y “¿Hoy es martes?”. Ese ex novio que dijo que nunca me abandonaría y que terminó por confesarme que estaba saliendo desde hace tiempo con una de mis amigas. Quiere que yo le comprenda y que estemos los tres juntos, en lo que él llama “una relación interesante”. Si quieres una relación interesante, búscate a un transformista con un gran inventario de vibradores y deja que los pruebe en ti. En vez de posar con mi cara de “Ahhh”, lo hago con una de “Vete a la mierda”.
Flash.
La gente se te acerca en los clubes nocturnos a darte tarjetas porque quieren que aparezcas en revistas, promociones, películas independientes y portadas de discos. Si tuviera un tercer ojo ciego en la barbilla y lepra, nadie me diría nada (excepto tal vez “monstruo”). No se supone que les digas nada de esto, porque si quieres trabajo como modelo, no puedes decir nada inteligente. Si quieres quitarte a uno de esos “caza talentos”, dile que estudias en la Universidad. Si eso no funciona, háblale de la sinapsis. Si no funciona, háblale de los motivos que propiciaron la guerra civil americana y debate sobre el lado victorioso. Y si eso no funciona, dile que estás analizando el orto clorobenzalmalanorutrilo y que has llegado a conclusiones interesantísimas sobre su efecto en las mucosas.
Flash. Flash.
Aquí estoy, de pie, el mobiliario sexual. Siéntate en la silla, reclínate y separa las piernas. Flash. Ponte en cuclillas, recuéstate en la pared y sube los brazos. Flash. Bájate un poco la parte de adelante del jean y aprieta tu cabello en un puño. Flash. Cuando envejezcas y tu cuerpo ya no nos sirva, tendremos a miles de candidatas, como todas las que vinieron antes de ti. Aquí nadie es especial. Flash.
Flash.
Poso con mi cara de “Imagínate los sueños que tengo” y por dentro me estoy riendo. Las modelos no son seres humanos de verdad y a nadie le importa lo que tengan que decir. Poso con mi cara de “Soy una esclava para ti” y por dentro me estoy riendo. Una modelo no puede sudar, ni hacer la digestión, ni tener cera en los oídos; si haces eso, soluciónalo, porque no es problema de nadie. Poso con mi cara de “Ven acá y quítame todo lo que tengo puesto” y por dentro me estoy riendo. Tu trasero está cubierto por unas panties de algodón y son captadas en fotografía de perfil, mientras sepas que eso es todo lo que interesa en tu mundo, sabrás que es todo lo que interesa en tu vida. Pongo mi cara de “Aíslame y cubre las paredes con mi piel” y por dentro estoy llorando. Flash.
Flash.
Flash. Flash.
Katrina Vargas Parisi (Caracas, Venezuela, 1985) estudia administración en la St. John's University (Peter J. Tobin College of Business; Nueva York). Modela desde los 15 años.
Post publicado originalmente en Herederos del Caos en el año 2008.
Foto de Nina Hill.
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