«Las cosas», un poema del autor valenciano Vicent Andrés Estellés, en traducción de Carlos Vitale

"Las cosas" de Vincent Andrés Estellés es un retrato vívido y detallado de una noche en la que el poeta se encuentra en compañía de un amigo. La obra comienza con una cita del autor medieval Ausiàs March que sugiere un estado de ánimo introspectivo y contemplativo. A medida que avanza el poema, se describe el ambiente de una calle, con mujeres en los bordillos que fuman y hablan de forma obscena y seductora. El poema se sitúa en un contexto histórico en el que se habla de la guerra.



Les coses

Quan, entre gents, estic mut e pensiu.
Ausiàs March

En la foscor, hi havia dones sobre els rastells.
Deien coses obscenes, amablement obscenes,
d'una afalagadora obscenitat potser.
I fumaven. Recordes que, en la foscor, fumaven.
El carrer de Ribot tenia un vell prestigi.
No l'havies vist mai. I no el veuries mai.
Un amic el va dur. Hi havia llums sinistres.
Vàreu passar de llarg. Amb les cames obertes,
les dones s'aventaven l'engonal amb la falda.
Em conten que, a la guerra, feien cua els soldats.
En acabar la guerra, ¿hi hagué, entre aquelles dones,
una depuració? No ho he sabut. No ho sé.
Igual que el mar retorna els ofegats, la guerra
retornava aquells cossos grossos en la foscor.
Si no recorde mal, per aquell temps llegies
—i potser te'n sabies de memòria fragments—
els poemes de Rilke. D'Aleixandre et venia
el delit de la llum —netedat o puresa,
o la impuresa que la netedat podia
redimir, i dius massa, oh, no et claves en bucs!
Vàreu passar de llarg. Al cantó del carrer
dit de Guillem de Castro, vomitares, indigne.
En "El Siglo" et prengueres un café sense sucre.


Las cosas

Quan, entre gents, estic mut e pensiu.
Ausiàs March

En la oscuridad, había mujeres en los bordillos.
Decían cosas obscenas, amablemente obscenas,
de una halagadora obscenidad quizás.
Y fumaban. Recuerdas que, en la oscuridad, fumaban.
La calle Ribot tenía un viejo prestigio.
No la habías visto nunca. Y no la verías nunca.
Un amigo te llevó. Había luces siniestras.
Pasasteis de largo. Con las piernas abiertas,
las mujeres se abanicaban la ingle con la falda.
Me cuentan que, durante la guerra, los soldados hacían cola.
Al acabar la guerra, ¿hubo, entre aquellas mujeres,
una depuración? No lo he sabido. No lo sé.
Como el mar devuelve a los ahogados, la guerra
devolvía aquellos grandes cuerpos a la oscuridad.
Si no recuerdo mal, por aquel tiempo leías
—y quizás te sabías algunos fragmentos de memoria—
los poemas de Rilke. De Aleixandre te venía
el placer de la luz —limpieza o pureza,
o la impureza que la limpieza podía
redimir, y hablas demasiado, ¡oh, no te metas en honduras!
Pasasteis de largo. En la esquina de la calle
llamada de Guillem de Castro, vomitaste, indigno.
En "El Siglo" te tomaste un café sin azúcar.

 


Vicent Andrés Estellés nació en Burjassot (Valencia) en 1924 y murió en 1993. De él ha dicho Joan Fuster: «Hacía siglos que, en el País Valenciano, no se hacía sentir, en poesía, una voz tan intensa y potente. Ya en el primer libro catalán, Ciutat a cau d'orella (Ciudad al oído, 1953), bajo la decoración de una temática "descriptivista", bulle una extraña violencia moral, gestada o gestionada en el sexo y en el dolor, el uno en el otro reunidos, identificados, en una pasión truncada».
Entre otros libros, ha publicado: La nit (La noche, 1956), Donzell amarg (Doncel amargo, 1958), La clau que obri tots els panys (La llave que abra todas las cerraduras, 1971), Llibre de meravelles (Libro de maravillas, 1971), L'Hotel París (El Hotel París, 1973), Festes llunyanes (Fiestas lejanas, 1978), El corb (El cuervo, 1979), Xàtiva (1980) y La Marina (1981).
En 1978 le fue otorgado el Premio de Honor de las Letras Catalanas y en 1984 el Premio de las Letras de la Comunidad Valenciana.

(Traducción de Carlos Vitale)
 

Portada: 14. imagen generada por Juan Carlos Vásquez a través de Midjourney Al - Al Art Dalle (AI Art de Illusion).
     

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