Panfleto de cuestionable filosofía: Aleister Crowley y El libro de la ley

En la ciudad egipcia de El Cairo, Aleister Crowley, acompañado por su esposa, Rose Kelly, comenzó a recibir un extraño mensaje de una entidad que se hizo llamar Aiwaz. Esta entidad le dictó a Crowley los tres capítulos que conforman «El libro de la ley» en tres noches consecutivas: 8, 9 y 10 de abril de 1904. En este post rescatamos algunos de estos mensajes alterando su orden. 

I

13. Estoy arriba de vosotros y en vosotros. Mi éxtasis está en el vuestro. Mi goce es ver vuestro goce.


31. ¡No hagas caso siquiera de estos hombres tontos y sus desdichas! Ellos sienten poco; lo que es, es balanceado por goces débiles; no obstante ustedes son mis escogidos.

40. Quien nos llama Thelemitas no obrará mal, si se adentra en la palabra. Pues allí dentro hay Tres Grados, el Eremita y el Amante y el hombre de Tierra. Haz lo que tú quieras será todo de la Ley.

II

6. Soy la llama que arde en todo corazón de hombre y en el fondo de toda estrella. Soy Vida y el dador de Vida, sin embargo por esto el conocerme es el conocer la muerte.

11. A ti te veo odiar la mano y la pluma, no obstante yo soy más fuerte.

17. ¡Escúchenme, ustedes pueblo suspirante!

    Las penas del dolor y del arrepentimiento

    Se dejan a los muertos y a los moribundos

    La gente que todavía no me conoce.
  

18. Están muertos, estos sujetos, no sienten. Nosotros no estamos por los pobres y los tristes: los señores de la tierra son nuestros parientes.

22. Soy la Serpiente que da Conocimiento y Deleite y gloria brillante y conmueve los corazones de los hombres con ebriedad. ¡Para adorarme tomen vino y drogas extrañas desde donde hablaré a mi profeta, y me emborracharé con ellos! No les dañará en modo alguno. Es una mentira, esta tontería contra el ser. La exposición de la inocencia es una mentira. ¡Sé fuerte, oh hombre!, disfruta, goza todas las cosas de los sentidos y del arrebato: no temas que ningún Dios te niegue a ti por esto.

27. Hay un gran peligro en mí; pues quien no ha entendido estas runas cometerá un gran desacierto. Caerá dentro del foso llamado Porque y ahí perecerá con los perros de la Razón.

63. Estás exhausto en la hartura voluptuosa de la inspiración; la expiración es más dulce que la muerte, más rápida y risueña que una caricia del propio gusano del Infierno.

III

47. Este libro será traducido a todas las lenguas: pero siempre con el original en la grafía de la Bestia; pues en la hechura imprevista de las letras y su posición entre sí: en estas hay misterios que ninguna Bestia adivinará. Que ni lo pretenda: pero viene uno tras él, no digo de dónde, que descubrirá la Clave de todo ello. Así el trazo de esta línea es una clave: así este círculo perfecto en su malogro es también una clave. Y Abrahadabra. Será su niño y eso extrañamente. Que no lo busque; pues de este modo sólo conseguirá apartarse de ello.

 


El comentario

Haz lo que tu quieras será el todo de la Ley.

    El estudio de este Libro es vedado. Es sabio

    destruir esta copia tras la primera lectura.

    Quien aún así desatienda esto lo hace a su propio riesgo y peligro.

    Estos son extremadamente horrendos.

    Quienes discutan los contenidos de este Libro

    serán rechazados por todos cual centros de pestilencia.

    Todos los entresijos de la Ley serán resueltos

    solamente por apelación a mis escritos, cada uno

    para sí.

    No hay ley más allá de haz lo que tú quieras.

    El amor es la ley, el amor bajo.

 






ALEISTER CROWLEY, cuyo apodo era Frater Perdurabo y The Great Beast 666 (La Gran Bestia), fue un influyente ocultista, místico y mago ceremonial inglés, que fundó la filosofía religiosa de Thelema. Fue miembro de la organización esotérica Hermetic Order of the Golden Dawn, además de cofundador de la Astrum Argentum y, finalmente, líder de la Ordo Templi Orientis (O.T.O.). Hoy en día es conocido por sus escritos sobre magia, especialmente por «El libro de la ley», el libro sagrado de Thelema, aunque también escribió profusamente sobre otros temas y géneros, como ficción y poesía.



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