Tres poemas de Franciel Carmona Ramos

Ser

El día quiere sentir, el día quiere ser noche. No sabe bien la razón y la razón desconoce. Solo sabe lo que ha oído de las más fugaces voces: dicen que la noche vive y que muy viva es la noche.
Día quiere trasmutar, el día piensa en la noche. El viento hoy le ha contado de un escritor de poemas, de sus poemas de noche, de sus noches con poemas.
El día va en busca de sexo, plétora de sexo ansía. Sudor de hombre y morena, el cigarro, la ceniza. La bulla, el trago, el ardor, la saciedad sodomita. Las miradas, el olor, día está hastío de día.
Día esta desesperado, día no quiere más día. Trabajo, gentío, calor, sed, fatiga y la ira. Cansado el día está. Noche será, dice día.
Y el poeta que en la noche su poesía escribía, y el hombre y la morena, y el ardor y el sodomita, hoy solo pasan la noche, están esperando al día.


Balada del Hombre Triste

Sale a buscar amor el hombre triste,
vacío y triste, sale.
Busca el amor que le priva la mente,
que le privan las calles, que la vida le
priva.

Ha de buscar en todos.Tras las
aceras cloradas, en el pasamanos del
auto, en la barra de aquel sitio donde
escucha un blues, en la humedad del
aliento en sus lentes. Buscar es una
carga ominosa. Le recuerda el vacío al
hombre triste.

Nada le llena, solo la búsqueda ha sido
el tentempié del vacío,el perpetuo andar
al otro, al amor siguiente. Cree ver la
vida gotearse de sus manos.

No entiende a los simples, a
los que no piensan el sentir. No halla,
pero busca otro ser triste con quien
hablar del vacío que deja amar lo
profundo, de amar al amor. Y le es el
amor un tribunal perpetuo en el que cree
nunca saldrá culpable.

Detrás de sus ojos reside el
desiderátum. Las formas andantes le
son como el Arca del Pacto. Pero él
sabe que hay dentro del hombre y se
siente que va al mismo matadero que
los otros. No ha notado que este es el
gran poder de los simples: hacernos
como ellos.

Andan sus manos, manos célibes,
manos sin manos, buscando un rostro
para llamar suyo, buscando un cuerpo,
buscando un argumento bien pensado .

La búsqueda ha trastornado al hombre,
y no sabe de seguro la distancia entre
amar y poseer. Pues cuando se lleva a
los labios el vaso agrietado del amor, la
última gota le trae todos sus cristales.

Cree ver un latido en los ojos de
alguien que le ha dicho bueno días. La
fábrica interna ha comenzado a
funcionar y sus obreros preparan la
materia de otro intento. Pero él ya no
espera, aunque espera. Ha encontrado
la pérdida en los otros, la pérdida de
cualquier cosa que los haga sentir.

Regresa, el hombre. Entra a buscar el
amor, otro amor. No sabe aún que hay
amores que solo se da uno mismo, ¿o
quizás sabe? Entra el hombre triste,
vacío y triste entra. Mañana sale.



Adios

No renuncio a ti, sino al frío de sentirte de
otro, del ajeno al que por instantes odio.

No renuncio a ti, sino a la eterna búsqueda
de ese amor que no me es predestinado.

No renuncio a ti, sino al vacío de
mis ojos cuando a los ojos tuyos
no encuentra asechando.

No renuncio a ti, sino a la idea de
quererte, que pulala en mi cerebro.

No renuncio a ti pero de ti me marcho.
Nada te dejo, solo tu gran necesidad de mi,
y la ausencia del abrazo oportuno
en esas noches que tiemblas en la cama
y no eres nadie.



Franciel Carmona Ramos (Cuba, 1995).

Ilustración: la imagen ha sido remitida por el autor de la obra.

1 comentario:

  1. Muy lindo y muy profundo el análisis de tus poemas me encantó el tercero

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