Sobre la serie televisiva Heartland (Tierra de corazón), reseña de María del Refugio Sandoval

Gracias a la magnífica pluma creativa de Laura Brooke, nace la escritura de 26 novelas de ficción fantástica, que tuvieron su gestación y desarrollo de acuerdo a gran parte de las vivencias de la autora, cuyo nombre real es Linda Chapman; inglesa de nacimiento, pero quien vivió gran parte de su vida en Virginia Estados Unidos, en un rancho denominado “Heartland”, dedicado al cuidado equino.
La presente reseña es de la serie televisiva que empieza a rodarse en el año 2007 en Alberta Canadá y que actualmente se encuentra disponible en Netflix, con 13 temporadas y 204 episodios.
El corazón de la serie retrata la importancia del núcleo familiar, rescatando valores universales, mismos que son esenciales en todas las épocas, contextos, tiempos y circunstancias; tales como: amor, amistad, unión, lealtad, solidaridad, empatía, respeto, responsabilidad, honestidad, entre muchos otros; que permiten ser andamios y soportes para enfrentar las contingencias que la vida presenta dentro de la cotidianidad. 
El amor filial es la plataforma que brinda una base firme para sostener las estructuras que se tambalean al presentarse retos y desafíos que son visibles en el transcurso de vida de todo ser humano; como: divorcio, enfermedad, engaño, muerte, etc., mostrando que la unión familiar permite ser más resiliente y desarrollar la capacidad de escuchar, comunicarse, salir avante y a la vez, estar abierto para apoyar a los demás. 
El respeto por la naturaleza es una constante, es un regalo para la vista recrearse en las montañas rocosas de Alberta Canadá disfrutar el colorido especial que tiñe el campo en las distintas estaciones.
El cuidado de los animales es prioritario en toda la serie; puede observarse la nobleza, lealtad y cariño que se muestra hacia todos los animales, especialmente “los caballos”, el rescate de equinos maltratados, abandonados y preparándolos para ser compañeros fieles en distintas actividades que el hombre realiza, ya sea por trabajo, deporte o pasatiempo; ya que la protagonista principal hereda de su madre la intuición, corazón y dedicación hacia estos. Aprende a observarlos, conocerlos, prepararles tratamientos herbales para su recuperación, así como explotar las potencialidades que estos animales muestran para desempeñarse en distintos contextos y escenarios. 
Es una serie pletórica de enseñanzas que vienen explícitas e implícitas en la personalidad, carácter y templanza de cada uno de los personajes primarios y secundarios; el cómo se entretejen acciones y decisiones que van tomando y la repercusión en la vida de los demás; la paciencia, ejercitación, perseverancia, enseñanza y aprendizaje constante que cada uno desarrolla en la búsqueda de sus objetivos; dejando entrever que alcanzar metas requiere esfuerzo y trabajo constante.
En esta, se recrea el estilo de vida campirano, la vestimenta, la siembra, la cosecha, la elaboración de alimentos y artesanías, la importancia de la comunidad, las interacciones entre sus miembros, la suma de individualidades, talentos y esfuerzos; los logros alcanzados; la adopción, el brindar techo y abrir puertas de casa y corazón al huérfano, a quien equivocó el sendero y necesita una luz que le guíe y acompañe; los consejos invaluables del abuelo; el perdón, el reconocer errores, el aprender a entablar diálogos constructivos, la confianza y una serie de valores y fundamentos tan necesarios hoy en día.
Es de esas series televisivas familiares que dejan una sonrisa de satisfacción en la boca y un sentido de familiaridad, apego y afecto por sus personajes y trama desarrollada; te lleva de la mano y te hace partícipe de su vida; enseñando a creer, amar y soñar.

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María del Refugio Sandoval. Representante de Utopía poética Universal, filial Chihuahua. Presidenta de la Academia Chihuahuense de Literatura Moderna. Nota biográfica.

Fotografía de Igor Kyryliuk (en Unsplash). Public domain.


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