Los gemidos de Alicia haciendo el amor en otra habitación, lo sacaron de los pelos de un sueño profundo. Nicolás quedó petrificado de cara al techo rodeado de una oscuridad siniestra. Estiró la mano hacia el lado que ella ocupaba en su cama con la remota esperanza de encontrarla y de que esos gritos de placer no estuvieran saliendo de la boca de su Alicia, pero solo encontró vacío en esa parte del colchón. Volvió a escuchar los gemidos, sintió las paredes de su mundo derrumbarse. Se levanto envuelto en el caos que genera la frustración y el desencanto, caminó hasta el baño y de una trompada agujereó la puerta congelando el fuego que ardía implacable en el otro cuarto. La casa quedó en silencio, Nicolás entró al baño y cerró la puerta de un portazo. Se metió bajo la ducha, abrió las canillas con la desesperación de un adicto, le temblaban las manos, las piernas, estaba parado frente al abismo de la tristeza más nociva que en su vida había sentido. El agua tibia comenzó a caer sobre su cuerpo apaleado, respiró profundo intentando aliviar la presión que le aplastaba el pecho, pero hay dolores que ni toda el agua de un río logran calmar. Supo que todo lo que pudiera decir o hacer sería insuficiente, de nada serviría el consuelo miserable de la violencia, era insoportable respirar el final del amor. Alicia abrió la puerta y su desnudez terminó de masacrarlo. Con un gesto mínimo de su mano, el le pidió que no hablara, no quería volver a escuchar de su boca hermosa que todo estaba claro desde un principio, que eran libres, que amar no es sofocar ni poseer. Nicolás maldijo el instante en que eligió mentirse y pensar que si algo sucedía podría soportarlo y salir ileso. Ahora para no enloquecer necesitaba aceptar y creer, ya no se trataba de un juego. Miró a su alrededor, se buscó en los fragmentos del espejo y comprendió, cuando por fin vio su rostro, que ya era demasiado tarde.
Adrián "Fino" Sosa, nacido en Montevideo en 1965, es un autor y editor que surgió en la escena cultural de la capital uruguaya durante las décadas de los 80 y 90. Melómano y lector apasionado, Sosa se destacó por coordinar y editar diversas revistas alternativas como "Atrás de todo", "Culos de botellas" y "Perro Andaluz", que exploraban la poesía, el arte callejero y la música, ofreciendo una ventana a la vibrante vida cultural que se escondía bajo la aparente quietud de esos años. Su trayectoria incluye la publicación de libros artesanales de poesía, como "El grito", "Lobos en la buhardilla", "Lo que quedó allá arriba" y "Cuadernos mojados". Sosa también ha publicado en coautoría el libro de relatos “El gen de la bestia”.
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