Desde Corea del Sur: «Una nota marginal a propósito de Zhuangzi», por Byung-Chul Han

 
En una anécdota que se puede leer como si fuera una continuación de Sobre el teatro de marionetas, de Kleist, Zhuangzi se refiere a lo sucedido a un cocinero que resulta ser un experto en inactividad. Se ejercita en el no-hacer. Usa las posibilidades que ya están latentes en las cosas, en lugar de intervenir activamente en ellas. Desmiembra bueyes guiando el cuchillo por los intersticios ya existentes en el cuerpo. Un buen cocinero, explica, casi nunca cambia el cuchillo, puesto que corta realmente con él. Un cocinero chapucero, por el contrario, cambia de cuchillo con mucha frecuencia, porque lo usa para partir con todas sus fuerzas. El cocinero de Zhuangzi desmiembra bueyes sin el más mínimo esfuerzo: «Me pongo en guardia y tomo mis precauciones. / Muevo la hoja del cuchillo lentamente hasta que... ¡zas!, / de un solo corte la juntura se separa; / el animal se descuartiza, se desploma / como un montón de tierra».[62] Zhuangzi describe el desmembramiento como un acontecimiento espontáneo e inintencionado. Su cocinero está, en rigor, inactivo. Solamente asiste al acontecimiento al que él, por así decir, le da apenas un toque. Y cuando el buey cae en pedazos como por su propio impulso, él mismo se sorprende del portentoso acontecimiento que se ha desarrollado sin su intervención.

El célebre pionero de la agricultura natural Masanobu Fukuoka traslada la doctrina de la inactividad de Zhuangzi, de una manera consecuente, a su propia praxis. La llama «agricultura-del-no-hacer». Fukuoka está persuadido de que las técnicas de agricultura modernas destruyen la delicada ley de la naturaleza. Es cierto que ofrecen soluciones, pero para problemas que ellas mismas provocaron. La agricultura de la inactividad hace uso, como el cocinero de Zhuangzi, de las posibilidades o fuerzas que ya están insertas en la naturaleza. Zhuangzi podría haber dicho: un campesino sabio no ara. La agricultura-del-no-hacer de Fukuoka prescinde, en efecto, del arado: «El primero [de los principios de la agricultura-del-no-hacer] es NO LABOREO, esto es, no arar ni voltear el suelo. Durante siglos, los agricultores han supuesto que el arado es esencial para cultivar las plantas. Sin embargo[,] el no laboreo es fundamental para la agricultura natural. La tierra se cultiva a sí misma de forma natural, mediante la penetración de las raíces de las plantas y la actividad de los microorganismos, pequeños animales y lombrices de tierra. [...] La gente interfiere [en] la naturaleza y, por mucho que lo intenten, no pueden curar las heridas que causan. [...] Si se deja a sí mismo, el suelo mantiene su fertilidad naturalmente, de acuerdo con el ciclo ordenado de la vida vegetal y animal».[63] Como el cocinero de Zhuangzi, el buen campesino entiende su labor como un dejar-acontecer. No-hacer es su êthos. Las palabras de Fukuoka parecen sentencias de Zhuangzi: «Si se planta un árbol cuidadosamente y se le permite seguir su forma natural desde el comienzo, no hay necesidad de poda ni tratamientos de ningún tipo».[64]

También Heidegger se acerca a la filosofía de la inactividad de Zhuangzi. La «serenidad» de Heidegger incluye una dimensión del no-hacer. Las personas destruyen la tierra cuando la arrancan de su «inaparente ley de lo posible» y la someten a una condición de total disponibilidad: «Solo la voluntad, que por todos lados se instala en la técnica, zamarrea la tierra estragándola, usándola abusivamente y cambiándola en lo artificial. Obliga a la tierra a ir más allá del círculo de lo posible, tal como ha crecido en torno a ella, la obliga a aquello que ya no es posible y por tanto es lo imposible».[65] Salvar a la tierra significa dejarla estar en lo que le es posible, en el círculo delimitado por lo que fue constituyéndose como su posible. La ética de la inactividad de Heidegger consiste en hacer uso de lo posible en lugar de imponerle lo imposible.

* Un texto perteneciente al libro «Vida contemplativa: Elogio de la inactividad», de Byung-Chul Han.



Byung-Chul Han (o Pyong-Chol Han) (Seúl, 1959) es un filósofo y ensayista surcoreano experto en estudios culturales y profesor de la Universidad de las Artes de Berlín. Escribe en alemán y está considerado como uno de los filósofos más destacados del pensamiento contemporáneo por su crítica al capitalismo, la sociedad del trabajo, la tecnología y la hipertransparencia.


Portada: 2. imagen generada por Juan Carlos Vásquez a través de Midjourney Al - Al Art Dalle (AI Art de Illusion).

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