«Grito de sangre» y «Perdón», dos poemas de Abdon Alan Carrillo

Sangre cobarde, ve, ve sangre cobarde
llévate las manos a la boca y dile que la quieres
hiérete, laméntate, inúndate los ojos de azufre
desintégrate
ve y póstrate ante ella, no hay nada que hacer
lame la madera que la tiene
cómete el vacío de sus labios
híncate, sangre cobarde, vuélvete perro
debajo de su cama lame el polvo
saca tu lengua hurga en las esquinas los recuerdos
quémate las manos lentamente, hasta que no sientas más dolor que la misma palabra "dolor" que lo contiene
hazte Salomón y Helena y Juana
pesadumbre y pordiosero sin alma
ensúciate de moscas, hazte trompo
córtate los ojos, acábate de llanto
córtate la lengua hazte demente
ponle el corazón sobre sus pies y cobíjala
no dejes que la luna la vea ni las nubes
ve sangre cobarde y díselo
dile que la quieres que siempre la has querido
ve y dile, sangre perra, ve y díselo
ve, ¡maldita sangre envenenada, ve!
dile que la quieres
todavía
siempre
aunque ahora esté sorda y fría y muerta
ve y dile
por favor, ve
sangre cobarde.
 
 
 
PERDÓN

Que por menor mal a mí me llamen solo malo
que sin la menor piedad me extirpen la piel, la piel, luego las manos
que me borren de los libros donde estamos
los que no pueden nombrarse ni siquiera como humanos
que me quemen, que me olviden
¡que por menos mal me nombren un tirano!
que jamás vuelvan a nombrar mi nombre escualo
que por todos mis pecados no merezco ser nombrado
por la lengua del amor, por el roce de una flor que amé en verano
y que la tierra, vasta y fresca, mi verdugo ahora mi amo
me acurruque, y purifique mientras yo ahí me deshago
de los males de las penas, de la vida, del pesar que traen los años
ya olvidado para siempre, ya callado para siempre: perdonado.



Abdon Alan Carrillo Sarmiento.  Vicente Guerrero, Durango. 35 años.

Photo by Alexander Mils on Unplash (public domain).


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