Tres minicuentos de Costas Axelos

La muerte

Una vez un mandarín chino propuso esta medida al gobernador de una provincia, quien no tardó en adoptarla. En el momento en que la víctima debía posar la cabeza sobre el taco para que el verdugo se la pudiese cortar, un caballero engalanado llegaba al galope y exclamaba: ¡Deténganse! ¡El Sire ha concedido su gracia al condenado a muerte! En ese instante de euforia suprema, el verdugo cortaba la cabeza del feliz mortal.


Lo real y lo imaginario

Un padre y una madre centauros observan a su hijo que retoza en una playa del Mediterráneo. El padre se vuelve hacia la madre y le pregunta:

-¿Debemos decirle que no es más que un mito?


La búsqueda

Un hombre erró por el mundo durante toda su vida a la búsqueda de la piedra -filosofal- que convertiría en oro al metal más vulgar. Erraba por montes y valles, vestido con un sayal atado a su cuerpo por medio de un cinturón con una hebilla metálica. Cada vez que le parecía que una piedra podía ser la piedra, la frotaba contra su hebilla y se veía obligado a tirarla.

Una tarde en que estaba muy fatigado, llegó a la casucha de una anciana campesina y le pidió de comer y de beber. La vieja lo interrogó, y después de haber escuchado en silencio, se fijó en su hebilla y dijo:

—Pobre hombre, has tirado la piedra preciosa, ¿no te has dado cuenta de que tu hebilla ya se ha convertido en oro?

Cuentos filo-sóficos, 1971



Costas Axelos (Atenas, 26 de junio de 1924 - 4 de febrero de 2010) fue un filósofo griego establecido en Francia. Costas asistió a la escuela secundaria en el Instituto Francés y la Escuela Alemana de Atenas. Se matriculó en la Facultad de Derecho, a fin de proseguir sus estudios en Derecho y Economía.  Nota biográfica completa.



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