«El cliente asiduo del bar», un cuento de Mirza Patricia Mendoza

Iluminado por las bombillas luminiscentes que adornan la barra, medito sobre lo patético que es estar solo ahí. Soy un tipo desaliñado, con una vida de mierda. Aunque nunca me interesó saber sobre él, inicio conversación con el barman para matar el tiempo.
—¿Cómo te llamas?—. Le digo porque no sé cómo romper el hielo. Me ignora. Tomo un sorbo de mi trago y desvío la vista. Las personas entran y salen contentas. Pongo un billete en el tablero y tomo mi chaqueta con cuidado.
—Marco, me llamo Marco—me sorprende el barman al contestar la pregunta minutos después de haberla formulado.
—Oh Marco, igual que yo—digo incrédulo—sería irónico que te apellides Balcázar.
—Me apellido Balcázar ¿Por qué sería irónico?
—¿En serio? ¡Lo dije porque yo me apellido Balcázar!
—Estimado cliente, seguro usted ha preguntado por mi nombre a alguien y quiere hacerme una broma. Por favor, estoy trabajando y no puedo mantener este tipo de conversaciones.
Guardo silencio. Lo miro por un rato. Él va de aquí para allá. Recibe dinero, sirve cocteles y cervezas, recorre por completo la barra. 
“Así que te llamas Marco Balcázar, entonces existimos dos Marco Balcázar por estos lares”, pienso. Salgo y afuera hace frío. Supongo que debo estar borracho aunque apenas haya tomado. Retorno al bar y busco con la mirada al cantinero, quiero hablar con él sobre la coincidencia de nuestros nombres. No está. Atisbo al grupo de amigos que cada fin de semana ríen sonoramente. 
—¡Marco!—escucho desde el fondo del establecimiento. Volteo y un desconocido me llama con la mano. De curioso me acerco. Me alcanza un mandil—¿Qué haces fuera de tu lugar de trabajo?—refunfuña.
—¡Usted está loco!, yo soy un cliente asiduo del bar. No trabajo aquí.
—ja, ja, ja, ja. Estás muy gracioso, apúrate que te esperan.
Doy media vuelta rumbo a la salida, no haré caso a un orate. En la puerta, los vigilantes que me saludaban al entrar y salir, ahora me cierran el paso. Me levantan el peso. Siento sus brazos apretando los míos. No tengo escapatoria. Acepto la lógica retorcida de que lo mejor es recibir el mandil e ir a la barra. Sirvo los gin and tonics, las margaritas y cuanto coctel me piden. Estoy como poseso preparando las bebidas que no hice antes en mi vida. Ningún cliente se queja, sin embargo me observan con miradas inquisidoras.
“Marco Balcázar, ¿Qué estás haciendo? ¡Reacciona!”, me digo. 
Tiro las copas y vasos. Las botellas carísimas las hago volar por el lugar. No me importa nada, ni los grandulones centinelas. Armo escándalo. El pulcro lugar queda hecho un desastre, los clientes contagiados por el fragor de mi batalla personal pelean entre ellos. ¡Una hecatombe! Aprovecho la confusión y salgo a la calle que está desierta. Las luces de los faroles dañan mis ojos. Camino hasta que me duelen los pies. Estoy mareado y creo que perderé el conocimiento. 
De un sobresalto despierto, estoy tirado en el piso y los rayos del sol queman mi piel.
—Mira. Pobre hombre, tomó hasta desmayarse—dice una señora a su acompañante, muy cerca de mí.
—¿¡Cómo es posible que haya tomado hasta quedar en esta deplorable condición!?—contesta la otra.
—Mejor vámonos—escucho mientras se van cuchicheando.
Me incorporo. No reconozco mis ropas. Ni los zapatos que llevo puestos ni mis manos. Una sombra me cubre de los rayos del sol, es otro hombre que se acerca a mí. Soy yo, reconozco mi cara. Él se reconoce en mí. Ahoga un grito y emprende la fuga. Corre lo más rápido que mis antiguas piernas se lo permiten.
—¡Marco Balcázar!—grito mientras lo veo alejarse. Estoy con resaca y la cabeza aún me da vueltas.
Meto las manos en los bolsillos y saco una billetera, dentro hay una carta de despedida. Aquel barman pretendía suicidarse pronto. El cambio de cuerpos podría ser una nueva oportunidad para ambos. No lo sé aún. Me incorporo con dificultad y voy hacia mi casa o hacia la suya.






Mirza Patricia Mendoza Cerna (Lima – 1985) Cuentista. Participa con sus cuentos en: 4 Narradores Independientes (Editorial Libre e Independiente – 2020), Relatos de Pandemia (Editorial La Rata Esquizofrénica – 2020), Última Estación (Ángeles del Papel Editores– 2020). Autora del e-book: El curriculum de una ludópata (Editorial Libre e Independiente – 2020). Es parte de la muestra de cuentos peruanos de terror: Tenebra (Torre de Papel Ediciones -Tercera edición —2021) Conforma la antología de cuentos Presbítero Eternos Residentes (Ángeles del Papel Editores – 2021) Participa en la Antología Sombras fúnebres (Ediciones Vicio Perpetuo Vico perfecto – 2021). Es compiladora de la antología ERROR 404: Vínculo no encontrado (Editorial Libre e Independiente – 2021). Autora del libro Tenebrismo (Sexta Fórmula —2021).

Photo by Adam Wilson on Unplash.

2 comentarios:

  1. Saludos Mirza, me encantó. Gracias!

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  2. Me encanto,Mirza.Es el primer cuento tuyo que Leo y es una agradable experiencia.
    Yo escribo casi los mismos temas:Asombrosos,de fantasía.
    Soy Calixto Teobaldo Ramirez García Mi seudonimo esTeo RAM García. He escrito un cuento que se llama El Día Que Llovió Oro.
    Joel Rivera Ramírez es mi sobrino

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