Poesía: «Taikonauta», por el escritor y filósofo colombiano Alberto Bejarano

He escuchado historias asombrosas sobre el reclutamiento de jóvenes para trabajar en los trasbordadores chinos que viajan al espacio. 
me han dicho que se debe seguir una serie de pistas para ser contactado y luego debe someterse el candidato a duras pruebas para hacer parte del grupo de mercenarios que trabajan en las empresas mineras chinas dentro y fuera de la tierra. 
Parece ser un reality en tiempo real que promete casi la vida eterna para quien se embarque en los contenedores volátiles de a®monio trans estelares. 
Las nuevas fronteras las han trazado los androides y nosotros somos solo los vestigios de nuestros sueños, somos las pesadillas de los monos frente al aerolito de 2001 odisea del espacio. 
Yo soy un paujil, 
un oropéndulo, 
un pájaro desnomadizado que se resiste a resedentarizarse

antes de morir. 

En mi cabeza, no sé si en la realidad exterior, suena por intervalos una marimba de chonta. Escribo como un pálido consuelo amarillo, como el color de las retro-excavadoras gigantes que voltearon la selva de colores en un lodazal pedregoso. 
Escribo como una sombra-taikonauta: 
Las luces que titilan son anuncios publicitarios en zepelines y los neopájaros-robots-drones no le cantan a la luna. Las luciérnagas se extinguieron con los grillos y las cigarras. Al morir los animales que cantaban, los hombres también dejaron de componer música. En otros tiempos nos maravillaba mirar al cielo en busca de cuerpos celestes y se hacían fiestas cuando se descubría un cometa, un planeta o un meteorito. Ahora somos como los últimos dinosaurios, le tememos en nuestro interior al cielo porque nuestro tiempo está contado. Las sombras que nos acompañaban en el camino de la vida se han ido con los árboles frondosos, nuestros rezos y nuestras plegarias nos confunden ahora porque los últimos dioses los han embarcado de contrabando hacia el espacio sideral. En tiempos antiguos Marte y Urano fueron dioses. Lo hemos olvidado. Ellos también han perdido la memoria. Con una aplicación en tus lentes de contacto puedes ver -como un telescopio de largo alcance- unas medusas que se mueven en Marte, son robots organizados en comunidades de colonos a la manera de los conquistadores españoles en América. Su inteligencia artificial les permite sobrevivir en cualquier lugar y no sufren ni se lamentan por cantos primitivos. 

Los científicos dicen que esa es su principal cualidad: no conmoverse con el pasado; dicen que un día los humanos evolucionarán hacia una condición pos-natural, pos-humana en la que solo vivirán (en) el presente, como robots neo-budistas inanimados y ya no importará la tristeza ni la felicidad. 



Alberto Bejarano, Bogotá-Cali, 3 de enero de 1980. Escribe poemas y cuentos cruzados de dos en dos, publicados en revistas, antologías y concursos hispanoamericanos. Le interesa dedicarse cada vez más al teatro. Su primer libro de poesía (ganador del Segundo Premio del concurso de libro de poesía Ciudad de Bogotá, Idartes 2019) lo publica editorial Sílaba de Medellín. Ha escrito dos libros de cuentos: Litchis de Madagascar, Editorial El Fin de la Noche, en Argentina. Y la jaula se ha vuelto pájaro, editorial Orbis de Bogotá. 

Doctor en filosofía en la Universidad París 8 sobre Roberto Bolaño. Investigador en literatura comparada en la Maestría de Literatura y Cultura en el Instituto Caro y Cuervo.
Es profesor universitario en literatura y artes en universidades colombianos y lo ha sido en Brasil. Con Sílaba editores ha publicado: “ANTOLOGÍA Y ESTUDIO CRÍTICO DE LA REVISTA ESPIRAL (1944-1954)”, Sílaba, Medellín, 2018. Otros de sus libros: “ARCHIPIÉLAGOS E ISLAS DESIERTAS EN CLAVE FRANCÓFONA”, ED UNIVERSIDAD SANTIAGO DE CALI, 2019. “FICCIÓN E HISTORIA EN ROBERTO BOLAÑO”, Instituto Caro y Cuervo, 2018

Fotografía de la NASA (en Unsplash). Public domain.

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