'Hampi', relato de Trina Quiñones

'Hampi', relato de Trina Quiñones

Habíamos pasado toda la noche a las puertas del templo hindú, reclinados sobre esa gran roca redonda y plana, bajo la luz de la luna llena de abril; y faltaba poco para amanecer cuando nos dormimos apenas cubiertos por una manta y con el bolso apretado entre nuestros cuerpos.

Yo desperté dos horas más tarde y me percaté de que el bolso había desaparecido. El bolso con nuestra cámara Pentax y el zoom pero, especialmente, con todos los rollos de fotos de nuestra estadía en Goa en plena temporada turística, fotos de la playa, de los amigos, de las iglesias, de las casonas coloniales portuguesas. Pero no nos lamentábamos, cosa que mucho asombró a la pareja de ingleses del templo vecino al nuestro. ¡Una cámara tan valiosa! se admiraban…

Decidimos que era hora de proseguir viaje más al sur de India. Había sido fabuloso asistir a las celebraciones con ocasión del cumpleaños de Hanuman, el dios mono, que en la ciudad de Hampi estado de Karnakata, eran especialmente coloridas con grandes carrozas, ritos religiosos y su folklórico bazaar.

Recogimos nuestros morrales y empezamos a caminar bajo un sol que, a pesar de lo temprano, ya era inclemente. A nuestras espaldas dejábamos el sagrado río Tungabhadra y un universo de templos de roca, algunos ya en ruinas, pertenecientes al extinto imperio de Vijayanagara.

Cada uno llevaba en la boca el amargo sabor de la pérdida del bolso pero nada comentábamos salvo lo relativo a la sagacidad de los ladrones. Atravesamos un túnel donde los viandantes se refrescaban y salimos a un claro donde nos encontramos con una escena perturbadora:

En el medio del camino, sobre el piso de roca y bajo una temperatura cercana a los 50º, un renunciante se revolcaba sobre sí mismo y desesperadamente recitaba mantras para sobrellevar el dolor inenarrable de tener un brazo recién amputado. El sol quemaba el sanguinolento muñón y los mantras del renunciante eran en extremo perturbadores. Los transeúntes miraban brevemente la escena y algunos le lanzaban monedas.

Nosotros, tomamos el autobús que nos llevó al pueblo más cercano y decidimos buscar hospedaje. Entramos a la recepción de un hotel y, mientras nos registrábamos, observé un letrero en la pared, justo detrás del recepcionista. Y decía:

Yo me lamentaba

Porque no tenía zapatos

Hasta que vi a uno

Que no tenía pies.

 

Trina Quiñones (El Tigre, Venezuela. 1950) Abogada egresada de la Universidad Santa María. Estudió Letras en la Universidad Central de Venezuela y Artes Escénicas en la Universidad Nacional de Brasilia. Se desempenó durante cuatro años como abogado coorporativo de diversas empresas. Ha sido correctora de traducciones del Ruso al Español y traductora de poesía brasilera. Durante varios años ha sido tallerista del reconocido poeta y ensayista Armando Rojas Guardía (miembro honorario del Movimiento Poético de Maracaibo). Ha colaborado con las revistas: Meya ponte (Brasil), Alforja (México), El jabalí (Argentina), Bestik Magnetogorak (Federación Rusa), Boletines de la Academia de Literatura Rusa (Federación Rusa). Sus poemas también han sido publicados en papeles literarios de México y Brasil. Colabora como traductora, poeta y narradora en diversas páginas webs. Su obra ha sido traducida al inglés, portugués y ruso. Ha recibido diversos premios en Brasil, Venezuela y México, entre ellos, la I Bienal Internacional de Brasilia. Es Miembro Correspondiente de la Academia de Literatura de Moscú, Miembro Honorario del Instituto de la Amistad Ruso-Venezolana, Miembro de la Red Mundial de Escritores en Español (REMES) y Miembro activo del Círculo de Escritores de Venezuela. Ha publicado los siguientes libros: Mutación o de cómo la cautiva escapó del espejo (1991); Caminos de integración (1993, Libro colectivo); Fugitiva (1993); Ejercicios de amor (1999); Nómada de lo invisible (2000); Juegos de Invierno (Mi diario moscovita) (2000); Poemario (2008, Libro colectivo de la I Bienal Internacional de Brasilia); La Mujer Rota (2008, Libro colectivo); La voz de la ciudad (2012, Libro colectivo); 102 poetas, Jamming (2014, Libro colectivo); 100 mujeres contra la violencia de género (2015, Libro colectivo). Diario de Viaje es su primera antología.


 Fotografía de  Vivek Sharma (en Unsplash). Public domain.


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