'Sin Lasangre', experimento de 2012, por Francisco Cortés Arrayas

'Sin Lasangre', experimento de 2012, por Francisco Cortés Arrayas

(Experimento de 2012: someter a mi álter ego al juicio de desconocidos que creen conocer sus vísceras).

SIN LASANGRE persigue sueños que ni siquiera ella parece ver muy claros. Tiene un puñado de ideales y mata o muere por ellos con la misma pasión. No conoce las medias tintas, ni el perdón ni la diplomacia. Se tortura por placer, mira alrededor con desdén, y continuamente levanta ídolos privados, de oro y de barro. Tal vez le hubiese gustado embarcarse en alguna cruzada que le permitiese caer mártir de una causa, pero eso significaría identificarse con un grupo, y ella no puede tolerar tal cosa. Porque a Sin no le basta ser diferente, activamente busca la incomprensión de los demás.

Por tanto, vive una guerra abierta, permanente y sin cuartel, con el mundo al completo. Busca dar significado a su vida con una muerte envidiable, e invariablemente plantea sus batallas de la manera más desfavorable posible. Gloria eterna o fin magnífico, o ambos, de ser posible. Naturalmente, esta batalla interminable concluye periódicamente por agotarla. Entonces se retira a las sombras, donde se consume maldiciendo al universo hasta quedar dormida, letárgica. Y luego, inopinadamente, resucita una vez más como si nada hubiese ocurrido. Pero extrañamente nunca lo hace con la majestuosidad de un fénix, sino con la naturalidad discreta de la luna. Después busca una nueva víctima a la que humillar…

Sin es una solitaria por propia voluntad, desesperada, épica y pasional. Un animal herido que llora y muerde a la vez, inexplicada y rabiosa.


(Imagen: SIN LASANGRE)
Elzabeth Shelley

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