'Palabras para Julia', de José Agustín Goytisolo


Tú no puedes volver atrás 
porque la vida ya te empuja 
como un aullido interminable. 

Hija mía es mejor vivir 
con la alegría de los hombres 
que llorar ante el muro ciego. 

Te sentirás acorralada 
te sentirás perdida o sola 
tal vez querrás no haber nacido. 

Yo sé muy bien que te dirán 
que la vida no tiene objeto 
que es un asunto desgraciado. 

Entonces siempre acuérdate 
de lo que un día yo escribí 
pensando en ti como ahora pienso. 

La vida es bella, ya verás 
como a pesar de los pesares 
tendrás amigos, tendrás amor. 



Un hombre solo, una mujer 
así tomados, de uno en uno 
son como polvo, no son nada. 

Pero yo cuando te hablo a ti 
cuando te escribo estas palabras 
pienso también en otra gente. 

Tu destino está en los demás 
tu futuro es tu propia vida 
tu dignidad es la de todos. 

Otros esperan que resistas 
que les ayude tu alegría 
tu canción entre sus canciones. 

Entonces siempre acuérdate 
de lo que un día yo escribí 
pensando en ti 
como ahora pienso. 

Nunca te entregues ni te apartes 
junto al camino, nunca digas 
no puedo más y aquí me quedo. 

La vida es bella, tú verás 
como a pesar de los pesares 
tendrás amor, tendrás amigos. 

Por lo demás no hay elección 
y este mundo tal como es 
será todo tu patrimonio. 

Perdóname no sé decirte 
nada más pero tú comprende 
que yo aún estoy en el camino. 

Y siempre siempre acuérdate 
de lo que un día yo escribí 
pensando en ti como ahora pienso.


Palabras nunca dichas... 

No sabía decirlas, no podía;
porque jamás las pronunciará antes, juntas así.
La angustia la mataba,
imposible aguantar aquel anhelo
que era dolor cruel de tan agudo.
Y las palabras nunca dichas
fueran el único remedio
en aquel trance que alteraba su cuerpo:
de la piel, hasta lo más profundo.
Con voz rota ella pide:
¡oh tú, por caridad
ayúdame a decirte que... Palabras.






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