Una muestra poética de Diana Rodrigo Ruiz


LAUREL

IV

Amo el lado esdrújulo de tu corazón.
Ese lado estrambótico, categórico e insólito, donde todo es enigmático, exótico y hermético.

Sus aristas sórdidas, íntimas, caleidoscópicas… me hostigan, me arrastran, me atormentan.
Y sus vértices cínicos, paradójicos y múltiples se alejan de mí,
cuando estoy próxima,
cuando soy cálida…
Y mis lápices enhebran hábiles técnicas eróticas, endecasílabos melancólicos y lánguidos, sinónimos de tu hábito rígido, diabólico e irónico de ser látigo y mi antónimo.

'El converso', relato de Juan José Arreola


Entre Dios y yo todo ha quedado resuelto desde el momento en que he aceptado sus condiciones. Renuncio a mis propósitos y doy por terminadas mis labores apostólicas. El infierno no podrá ser suprimido; toda obstinación de mi parte será inútil y contraproducente. Dios se ha mostrado en esto claro y definitivo, y ni siquiera me permitió llegar a las últimas proposiciones.

Poemas: Anne Sexton, Silvia Plath, Miyó Vestrini


ANNE SEXTON
Cerdo

Oh tú máquina de tocino marrón,
cuán dulcemente yaces,
engordando una libra y media por día,
tú, par de calcetines enrollados,
tú, pesadilla de perro,
tú, con el hocico aplastado
pero las orejas extendidas,
tus ojos blandos como huevos,
cerdo, grande como un cañón,
cuán dulcemente yaces.

Poemas de Marco Solache de la Torre


C

donde el daño no está hecho
ahí deseo estar
ahí contigo
únicamente tú y yo
en el paraje secreto
que divide este mundo y el otro
en el lugar de la espera
imperturbable
imperturbados

ahí donde todos quieren estar
yo también
pero contigo
solo contigo

ven
vente conmigo
al espacio secreto
donde el amor ya no es amor

'Solo se ahora una vez', relato de Dashiell Hammett


Samuel Spade dijo:

-Me llamo Ronald Ames y quiero ver al señor Binnett..., al señor Timothy Binnett.

-Señor, en este momento el señor Binnett está descansando -respondió indeciso el mayordomo.

'La muñeca reina', relato de Carlos Fuentes



Vine porque aquella tarjeta, tan curiosa, me hizo recordar su existencia. La encontré en un libro olvidado cuyas páginas habían reproducido un espectro de la caligrafía infantil. Estaba acomodando, después de mucho tiempo de no hacerlo, mis libros. Iba de sorpresa en sorpresa, pues algunos, colocados en las estanterías más altas, no fueron leídos durante mucho tiempo. Tanto, que el filo de las hojas se